Según informó el Consistorio en una nota, las acometidas "más destacables" las ha sufrido el tren dunar en la zona próxima a Torre Carbonero, e incidieron en que "no se puede olvidar que este sistema móvil forma parte de uno de los más extensos e importantes de toda Europa".
Por ello, el alcalde destacó que "a los conocidos efectos sobre la urbanización de Matalascañas, con un coste económico que alcanza los cinco millones de euros, se pueden sumar también los daños de carácter medioambiental".
A su juicio, "estos últimos no se cuantifican económicamente, pero si habría que estimar su repercusión, que llega ya a modificar parte de la fisonomía de la playa y de la evolución del sector dunar afectado".
Asimismo, indicó que "la imagen de las dunas, devoradas literalmente, debe llevarnos a una reflexión", indicando que también "se puede apreciar un gran corte sobre un tren dunar de unos seis metros de altura y 400 metros a lo largo de la playa, en las proximidades de la torre almenara de Torre Carbonero".
Además, Bella comentó que "este efecto erosivo nos recuerda vivamente que gran parte de la costa del municipio almonteño se encuentra en zona comprometida, aunque ha mantenido un cierto equilibrio durante décadas", pero en los últimos años se ha agravado la situación, por lo que el gobierno local se preguntó "dónde están las arenas necesarias para mantener el equilibrio en la zona".
Causas y soluciones
El regidor almonteño insistió en que "el efecto sombra y capturador" del espigón Juan Carlos I provoca "un sobrecoste en los procesos naturales de erosión y sedimentación en el entorno de Matalascañas y, por tanto, en el propio Parque Nacional y Natural de Doñana".
Entre otros daños colaterales ocasionados, reiteraron que "se podría recordar la variación del itinerario de las visitas a la zona sur de Doñana durante los días que duró el temporal y el recorte de la playa" y se acumulan otros efectos para la evolución dunar de la zona, motivo por el cual es "previsible" que se modifique la duna próxima a la línea de bajamar y los aportes de la cabecera de la misma hacia el interior y sus dunas contiguas.
Por último, Bella aseguró que "en cualquier caso, el paisaje dunar forma parte de uno de los ecosistemas más vivos y dinámicos del Espacio Natural de Doñana, y desafortunadamente no se han escuchado voces de alarma hasta el momento. Tal vez, cuando sea necesario, llegaremos tarde", sentenció el alcalde.
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