¿Está el dragón de La Elipa en peligro de extinción?

  • La Junta Municipal abrirá en breve un concurso de proyectos para decidir su futuro.
  • No saben si sustituirlo o rehabilitar el original.
Dos niños, jungando ayer en el dragón.
Dos niños, jungando ayer en el dragón.
Jorge París
Dos niños, jungando ayer en el dragón.

En el barrio de La Elipa (Ciudad Lineal) no se habla de otra cosa. La noticia de que su "emblemático" dragón podría tener los días contados ha disparado todas las alarmas y los vecinos han salido en su auxilio para defender lo que consideran su seña de identidad. Ya son 2.769 los miembros del grupo de Facebook por la "protección" del dragón de La Elipa y desde la asociación vecinal se pide también "sentido común" a la Junta Municipal, que en breve abrirá un concurso de proyectos para dilucidar el futuro del monumento.

"¿Por qué hay que cambiarlo por otro si tenemos el original?", se preguntan algunos defensores de la escultura como Enrique. Eso sí, es consciente de que necesita una rehabilitación integral. Y es que desde que hace unos años se clausurara como espacio de juegos por ser demasiado alto y con salientes puntiagudos (peligroso para los niños), el dragón se ha deteriorado mucho.

Una mano de pintura

La propuesta del grupo municipal socialista para declarar al dragón "elemento protegido" no llegó a buen puerto hace unos años. Tampoco lo hizo meses después, cuando se remodeló el área de juegos y sólo se le dio una mano de pintura. Por eso, el PSOE impulsó una proposición en el último pleno de 2009 para que se abriera el concurso de ideas, algo que apoyó también el PP.

De todas formas, desde la Junta Municipal tranquilizan a los vecinos señalando que lo único "irrecuperable" es que el dragón vuelva a ser una zona de juegos. Sobre su sustitución, señalan que todavía no hay nada decidido y que se escuchará a todos.

¿Cambiarlo o remodelarlo?

Flori Marcos, 38 años, limpiadora. "Que dejen el que hay". "Cuando tienes que quedar con alguien, siempre eliges el dragón", explica esta vecina, que lleva 11 años en el barrio. Ella quiere "que se quede el que hay, es lo suyo".
A. Márquez, 48 años, quiosquero. "Así no puede estar". Le gusta el que hay, pero no en las condiciones actuales. "Así es peligroso y habría que rehabilitarlo o cambiarlo. Lo que no puede es estar así más tiempo, es inseguro".
Ana Mateos, 39 años, administrativa. "Lo haría más moderno". Acaba de instalarse en el barrio hace tan sólo un año, pero ve "curioso" el monumento. Quizá, eso sí, "lo cambiaría por algo que fuera un poco más moderno".
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