Hay más de 20 paradas de bus sin uso, en mitad de la nada

  • Las líneas de los PAU y los polígonos periféricos paran en lugares solitarios con poca demanda.
  • Son sitios con peligro de robos y violaciones por la noche.
La parada 130, en la carretera Villaverde-Vallecas, es la vía de entrada a los poblados.
La parada 130, en la carretera Villaverde-Vallecas, es la vía de entrada a los poblados.
Jorge París
La parada 130, en la carretera Villaverde-Vallecas, es la vía de entrada a los poblados.

Entre 2001 y 2008, 18 mujeres sufrieron abusos sexuales al bajar del autobús. Su agresor, el famoso violador del búho, aprovechaba que bajaban en paradas solitarias y de noche para abusar de ellas. Este criminal está ahora en la cárcel, pero el peligro todavía sigue ahí. Al menos 20 paradas de autobús están situadas en lugares inhóspitos, alejados de la población o en zonas conflictivas, según ha comprobado 20 minutos.

Las líneas que pasan por los PAU (sobre todo Vallecas y Sanchinarro) y por los polígonos industriales son las que tienen más marquesinas solitarias. "Cuando cae la noche, por allí no pasa nadie, las paradas están desangeladas y los vecinos van con miedo", explica Carmen Lostal, portavoz de Movilidad de la Federación de Vecinos (Fravm).

En la capital hay 10.196 paradas de EMT. Las que atraviesan los PAU son útiles para los residentes, pero están apartadas de los bloques y junto a descampados. Las que llegan a los polígonos de la periferia tienen mucha demanda por las mañanas, pero al caer la tarde y los fines de semana los alrededores son un páramo.

El 130, bus de la droga

Los chóferes de autobús tienen claro cuál es la línea con más riesgo: la 130 (Vicálvaro-Villaverde), en el tramo próximo a Mercamadrid y a Valdebernardo. "Allí hay cuatro paradas donde sólo suben cuatro toxicómanos que vienen de coger droga en los poblados que todavía resisten", según Alberto Montes, representante de la EMT en UGT.

La 118, que pasa por el polígono Aguacate (Carabanchel), es "un desierto en fin de semana". La 79, a su paso por la Colonia Marconi (Villaverde), sólo es usada por prostitutas y clientes en días no laborables. El resto de la región también tiene paradas aisladas: a las afueras de cada pueblo siempre hay marquesinas.

Son paradas "peligrosas para toda la población, por el riesgo de robos, y en particular para el sector femenino, por las violaciones", según Lourdes Hernández, presidenta del Consejo de la Mujer.

El Consorcio no prevé cambiar su ubicación, ya que "los itinerarios se planifican en función de estudios de demanda y poblacionales; aunque algunas tengan poco público, no se puede dejar sin servicio a los barrios y centros de trabajo". Los vecinos proponen que, al menos, "los puntos conflictivos se desplacen unos metros para acercarlos a zonas más pobladas".

La 80 y la 101 son las menos usadas

Los buses de Madrid no siempre van saturados. La línea 80, que cubre el corto trayecto de Plaza de Castilla a la estación de Chamartín, sólo lleva a 4.500 pasajeros al mes (150 al día), según la EMT. La segunda línea menos usada es la 101 (Canillejas-Barajas), con 21.000 al mes. En cambio, la 27 (Embajadores-Pza. Castilla) es la más usada: 796.000 usuarios al mes (26.533 al día). Le sigue la C1, de Cuatro Caminos a Embajadores.

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