"Fueron sacrificados por ser sacerdotes"

Los siete sacerdotes de la diócesis de Urgell beatificados hoy en el Vaticano fueron fusilados por el mero hecho de ser curas, "sin que pudieran acusarles de otra causa", según se resalta en la biografía oficial, en la que se subraya que murieron gritando "viva Cristo Rey".

Los beatificados por el Papa Benedictor XVI son José Tápies Sirvant, nacido en 1869 en Ponts, que era organista de La Pobla de Segur; Pascual Araguás Guárdia, nacido en 1899 en Pont de Claverol, y que era párroco de Noals (provincia de Huesca), y Silvestre Arnau Pasqüet, nacido en Gósol en 1911, el más joven de todos, y que era vicario parroquial.

Los otros son José Boher Foix, nacido en 1887 en San Salvador de Toló y párroco de La Pobleta de Bellveí; Francisco Castells Brenuy, nacido en 1886 en La Pobla de Segur, párroco de Tiurana y ecónomo del Poal; Pedro Martret Moles, nacido en 1901 en La Seu d'Urgell, que era ecónomo de la Pobla de Segur, y José Juan Perot Juanmartí, nacido en 1877 en Boulogne (Toulouse, Francia), y que entonces era el párroco de Sant Joan de Vinyafrescal.

A todos les pilló el estallido de la guerra civil española en 1936 prestando servicios en la diócesis de Urgell. Tras ser detenidos, fueron trasladados a La Pobla, donde según la biografía sufrieron un duro interrogatorio y se negaron a disimular que eran sacerdotes.

También rechazaron profanar su sotana y defendieron hasta que pudieron los templos parroquiales para que no fuera profanado el Santísimo Sacramento.

"Fueron sacrificados por el mero hecho de ser sacerdotes, sin que pudieran acusarles de ninguna otra causa. Al llegar al lugar de la ejecución, uno se descalzó para subir hasta las tapias del cementerio, imitando a Jesús, que subió descalzo al Calvario", resalta la biografía.

Otro -agrega la nota del Vaticano- regaló a sus verdugos todo el dinero que llevaba porque a él ya no le haría falta. "Y todos murieron ayudándose a ser fieles, perdonando a sus verdugos y gritando: `Viva Cristo Rey!".

En la ceremonia de beatificación, el cardenal José sariva Martins, que fue quien le proclamó beatos en nombre del papa Benedicto XVI, resaltó la "violenta persecución religiosa que se desencadenó" en España, de la que dijo que fue un episodio más de la gran tribulación de la Iglesia católica en el siglo XX.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento