Desde tiempos inmemoriales, las mascotas que acompañan y ayudan al ser humano tienen reservado un pequeño rinconcito de cielo gracias a San Antón, el santo patrón de los animales. Este domingo se celebró su día con la tradicional jornada de bendición, en la que perros, gatos, hurones, gallinas, tortugas (y hasta cerdos) fueron los protagonistas

Divinos animales, y benditos dueños, que acompañaron a sus mejores amigos a recibir el agua bendita pese al mal tiempo del domingo por la mañana. De hecho, ya a las 9.00 horas había gente situada frente a la puerta de la iglesia de la capital donde se realizó la ceremonia.

Durante todo el día, la calle Hortaleza (en la que se sitúa la parroquia, en el Centro) acogió un desfile de animales vestidos con sus mejores galas (y para el cual se cortaron algunas calles aledañas) mientras una banda de música amenizaba la festividad.

Mejor para niños

Pero no sólo los animales fueron los protagonistas. También los niños gozaron como nunca de un día que parecía una visita al zoo. Como Marta, una pequeña de ocho años de origen asiático que no paraba de hacer fotos a todo perro, gato o hurón que pasaba por su lado: "De mayor voy a ser paseante de mascotas. No quiero poner inyecciones para no hacerles daño", decía.

La tradición manda que, tras la bendición, los fieles deben recibir tres panecillos elaborados con una fórmula que los mantiene tiernos. Uno de ellos debe ser guardado junto a una moneda para garantizar trabajo y salud.

"El señor bendiga a este animal..."

‘Dan’, cría de ocelote. "Es como un jaguar, pero en pequeñito". Dan fue traído por su dueño, que tiene una empresa de animales salvajes. "Mientras son pequeños, los crío en mi casa". La música de la banda le ponía muy nervioso, y tuvo que marcharse.

Tiles, perrito yorkshire. "Es su primera bendición". Su dueña le ha puesto un abrigo "porque así está más guapo". De él dicen que es muy tranquilo y cariñoso, "lo compró mi hijo hace cinco años y le queremos muchísimo".

Hugo, tortuga de agua. "Es muy rápida". Sus propietarios nos dicen que tengamos cuidado porque, pese a su aspecto bonachón, muerde. "Es tortuga, pero tiene muchos reflejos y es muy rápida". Éste también es su primer San Antón.