La profesora de Toledo no dará clase a los alumnos que la amenazaron y agradece las muestras de solidaridad

Pide que cesen las acciones de apoyo hacia ella y dice que esta medida "pese a no ser la solución que yo demandaba, es la adoptada"

La profesora del IES Universidad Laboral de Toledo que recibió amenazas de alumnos del centro, y cuyo caso está estudiando la Fiscalía provincial, continuará dando clase al mismo grupo en el que se encontraban estos jóvenes pero no a ellos, tras la propuesta formulada tanto por la Delegación provincial de Educación y Ciencia como por el centro en la que, ante la imposibilidad de cambiar a los alumnos de centro, le manifestaron la posibilidad del cambio de curso de éstos.

Así se desprende del correo electrónico que la profesora envió a sus compañeros de profesión esta misma semana, al que ha tenido acceso Europa Press, y que supone la segunda misiva enviada por la docente del IES Universidad Laboral a sus colegas tras conocerse que había sufrido supuestamente amenazas por parte de varios alumnos del centro.

En esta segunda carta, la profesora, señala que el pasado viernes, 8 de enero, mantuvo una reunión tanto con el delegado de Educación y Ciencia en Toledo como con el inspector jefe y la inspectora del IES Universidad Laboral de Toledo en la que le manifestaron esta propuesta de la que la profesora asegura que "pese a no ser la solución que yo demandaba, es la adoptada".

De este modo, en la misiva ruega a todos sus compañeros que cesen las acciones de apoyo hacia su persona iniciadas el pasado 8 de enero y agradeció "a todos los compañeros que se han solidarizado conmigo su apoyo desinteresado". Además, pidió disculpas si alguien ha podido sentirse ofendido asegurando que "puede estar seguro de que no hubo intencionalidad de ofender, sino de difundir".

Primera misiva

Precisamente, estas acciones de apoyo a la docente se iniciaron tras el primer correo electrónico mandado a sus compañeros a principios de enero en el que les pedía ayuda y solidaridad con su caso para poder solicitar el cambio de centro de estos alumnos. En el texto de ese primer e-mail, la profesora relataba que en los días 20 y 23 de noviembre sufrió "brutales amenazas de violación y muerte" proferidas por cuatro alumnos del centro.

Según la carta, su equipo directivo sancionó a los alumnos conforme a las normas de convivencia con el máximo establecido (15 días de expulsión) y solicitó a la Delegación Provincial de Educación, con el apoyo unánime del Consejo Escolar, el cambio de centro de dichos alumnos.

Igualmente, explicaba que el 7 de enero —fecha en que remitió este correo a sus compañeros—, los alumnos ya habían cumplido su sanción de 15 días de expulsión y, "me encuentro con la desagradable y demencial situación de tener que volver a dar clase con ellos". En su misiva, la profesora manifestaba también que el criterio general de la Delegación de Educación en estos casos consiste en "no cambiar de centro a los alumnos", que la norma prevé, "alegando que, en la práctica, se dificulta su derecho a la educación".

Por este motivo, alegaba: "¿y los derechos a la educación de aquellos alumnos que vienen al centro a estudiar y no a amenazar, derecho que se ve seriamente obstaculizado por los primeros? ¿y mi derecho a la dignidad? ¿dónde está el respaldo y protección que las instituciones educativas tienen que dispensar a todo profesor en el ejercicio de su cargo? ¿dónde la aplicación de las normas existentes? ¿cómo se espera que una persona pueda cumplir con sus funciones, cuando está amenazada su vida y su integridad sexual, cuando los actores han sido denunciados y se están practicando las primeras actuaciones por la fiscalía de menores?"

Tras afirmar que siente "miedo, inseguridad" y que se siente "profundamente herida", rogaba a sus compañeros que, "como compañeros que sabéis lo que nos espera si no actuamos unidos en situaciones críticas", que la ayuden. "Hoy han sido amenazas, pero ¿qué van a pensar todos los alumnos cuando comprueben que la única sanción impuesta son 15 días de expulsión, los mismos 15 que imponemos cuando acumulan tres partes consecutivos por faltas injustificadas de asistencia?".

De este modo, sugería a sus compañeros enviar un fax con un texto en el que expresara la solidaridad con ella, y se pedía el cambio de centro de los alumnos, a la Delegación de educación para colapsar dicho fax y que "comprobasen que estos asuntos nos conciernen a todos, y no solo a una vulgar profesora de FOL".

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