Tras el inesperado anuncio de la precandidatura de Barcelona a los Juegos de Invierno de 2022, le llueven críticas a la propuesta, aún por definir, del alcalde Jordi Hereu, que la ha defendido de los que la tildan de electoralista. Mientras los vecinos cargan contra el proyecto, el sector turístico se frota ya las manos. Para el mundo del deporte, se trata de una buena noticia.

"Es una propuesta desacertada e inadecuada". Así de contundente se expresa la Federació d’Associacions de Veïns de Barcelona (FAVB), que muestra su desacuerdo con "la política de grandes acontecimientos" y pide "políticas de transformación reales orientadas a resolver los graves problemas sociales y ambientales que tiene la ciudad".

En contraposición, Turisme de Barcelona ve la candidatura como "la mejor noticia" y su director general, Pere Duran, augura que se promocionará el "binomio" Barcelona y nieve, de cara a captar turismo deportivo.

"Será un negocio para las pistas de esquí y para el turismo", confirma el secretario de organización del PSC, José Zaragoza. Algo que rechazan desde la FAVB, que considera que este modelo turístico "ha tocado techo".

Desde el sector deportivo, el aplauso es casi unánime. En Catalunya, la secretaria general de Esports, Anna Pruna, la tilda de "gran oportunidad". El secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky, asegura que la precandidatura de Barcelona "no afecta en absoluto" a la posible de Madrid en 2020.

Que la candidatura de Barcelona-Pirineus no ha sentado bien a Aragón, que presentaba la de Zaragoza-Jaca, queda claro con las declaraciones del presidente aragonés, Marcelino Iglesias: "Tenemos los vecinos que tenemos, eso no lo podemos cambiar". El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, matizóa que la capital española "apoyará a quien elija el COE".

Para Hereu, que el jueves se dejó ver junto a Pasqual Maragall, el alcalde de los Juegos del 92, la precandidatura es una oportunidad para "cohesionar el territorio" e incluir a la inmigración en "esta fiesta deportiva". El presidente de la Generalitat, José Montilla, deja en manos del Ajuntament el liderazgo de la iniciativa.