Los hechos sucedieron en marzo de 2009, cuando se detuvo en esa zona al acusado, D.H.L., con dosis ya elaboradas para su venta. D.H.L. había llegado a las cercanías del colegio trasladado en un vehículo de su propiedad, pero conducido por un ciudadano español que inicialmente fue acusado, y al que se absuelve porque finalmente no el Ministerio Fiscal no mantuvo ninguna acusación contra él.

En el momento de la detención, se intervinieron a D.H.L un total de 11 papelinas de heroína que intentó ocultar en su boca mientras se acercaba al vehículo en que le esperaba el otro acusado, además de 125 euros procedentes de la venta de droga.

Poco después, se registró su domicilio, en la calle Asilo, cerca de la zona, donde ocultaba la droga. Allí se intervinieron 29,15 gramos de heroína, además de metadona y anotaciones sobre la venta de droga y diversa documentación. El valor total de la droga ascendía a 2.096 euros.

Por estos hechos, el acusado, consumidor de sustancias estupefacientes de larga duración —lo que influye en su comportamiento— es condenado por la Sección Tercera de la Audiencia a tres años de prisión y una multa de 4.000 euros.

La sentencia incluye como circunstancia atenuante la drogadicción del condenado, y se ha dictado con su conformidad, admitiendo este los hechos.