En declaraciones a los medios de comunicación en Zaragoza, Oller manifestó que CIC "está en contra de todo el proceso que se está llevando a cabo en este momento en el sector de ahorro y, de forma muy especial, de todo lo que se está haciendo en la Caja Inmaculada (CAI)".

En este sentido, aclaró que el problema no radica en la pérdida de empleos, sino en que "la SIP vulnera claramente los principios fundamentales de una caja de ahorros". "Evidentemente hay SIP que podrían mantener los puestos de trabajo, pero entendemos que la organización resultante va a tener unos accionistas y una fórmula jurídica que priva precisamente de la obra social y de la representación de los trabajadores", aseveró.

Además añadió que "sólo se habla de pérdidas de empleo de los trabajadores y en ningún momento de las pérdidas de empleos de directivos o de su asunción de responsabilidades". "Creemos que los empleados somos el último peón de la cadena de transmisión y que hoy estemos en esta situación no es sólo responsabilidad de los trabajadores, sino que forma parte de muchas decisiones tomadas por los altos ejecutivos de las cajas de ahorro", sostuvo.

Jordi Oller criticó que el Banco de España no tenga "voluntad" de regular el proceso de SIP "porque la desregulación les beneficia ya que así no hay a qué atenerse pero también hace que la realidad legal esté vacía".

El representante de CIC incidió en que las cajas se encuentran en diferentes situaciones económicas y que "a cada una hay que darle una respuesta, pero en todo caso dentro del marco de las cajas de ahorro". "El factor 'caja de ahorros' debe preservarse a cualquier precio y de cualquier forma. La sociedad es realmente la beneficiaria de la pervivencia del modelo de cajas de ahorro" afirmó.

Por ello, Oller se decantó por los procesos de fusiones "que vienen realizándose desde hace muchos años y no ha pasado nada". "Tiene que ser el propio mercado y las cajas de ahorro las que, por propia iniciativa y en función de su situación, busquen la mejor alternativa", concluyó.