El punto más importante pasa por la creación de dos comisiones, una de las cuales pretende hacer el seguimiento del cierre de la bolsa, lo que supondrá que "a partir de la forma del documento no se va a contratar a nadie más".

En materia de movilidad, el Consistorio ha llegado con los taxistas al compromiso de intentar paliar la "falta de permeabilidad" en el centro durante el tiempo que dure la crisis, con medidas para "dar alternativas a la circulación" tales como la habilitación de calles que los profesionales del gremio puedan utilizar para acortar recorridos, con el ejemplo de la calle Granada, que une la Plaza Nueva con la Plaza de San Francisco, opción que no obstante ha sido explícitamente descartada por el Consistorio.

La segunda comisión tendrá representantes de la Policía Local, el Instituto del Taxi y las dos asociaciones y se constituirá para la lucha contra el intrusismo. Así, además del teléfono de denuncia, la Policía Local ampliará sus esfuerzos para controlar este asunto, en el que se podrá aplicar el artículo 45.5 de la Ley de Transportes de 2003, según el cual la Policía, al margen de la sanción económica, podrá decomisar el vehículo, lo que supondría quitar al infractor su herramienta.

Con todo, uno de los acuerdos más importantes para el sector sería el de acordar que el taxi, mediante una cuota mensual, dispusiera de una cantidad similar a la que el Ayuntamiento consigne para ese ejercicio —ya existe una partida presupuestaria municipal a este respecto para 2010, según los taxistas— para conseguir que el número de licencias a rescatar pueda duplicarse con ambas aportaciones.

En este sentido, el taxi maneja la previsión de rescate de 14 licencias para este año, aunque el edil de Movilidad, Francisco Fernández (PSOE), ya destacó a Europa Press que este extremo estaría supeditado a los resultados de un estudio.

Otras medidas comprenderían la habilitación de diez nuevos kilómetros de carriles específicos para bus y taxi, si bien las "pautas de comportamiento" en éstos tendrá que ser revisado, pues los taxistas se quejan de que el hecho de adaptar su recorrido al de los autobuses en tramos donde no existen dársenas les hace decrecer su velocidad comercial.