Piden más de 100 años para 5 cinco miembros de una familia acusados de matar a un joven en Alcantarilla

La Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Murcia ha solicitado 23 años de prisión y multas que suman más de 110.000 euros para cinco miembros de una familia, al parecer de etnia gitana, acusados de matar a un joven en Alcantarilla y herir al hermano de éste; hechos que sucedieron en agosto de 2007. El juicio se celebrará mañana y el miércoles en la sección segunda de la Audiencia Provincial de Murcia.

La Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Murcia ha solicitado 23 años de prisión y multas que suman más de 110.000 euros para cinco miembros de una familia, al parecer de etnia gitana, acusados de matar a un joven en Alcantarilla y herir al hermano de éste; hechos que sucedieron en agosto de 2007. El juicio se celebrará mañana y el miércoles en la sección segunda de la Audiencia Provincial de Murcia.

En concreto, el Ministerio Público atribuye a estos cinco individuos un delito de homicidio, así como otro delito de homicidio en grado de tentativa, concurriendo, al mismo tiempo, la agravante de abuso de superioridad.

Según consta en las conclusiones provisionales, a las que tuvo acceso Europa Press, los hechos sucedieron el 9 de agosto de 2007, cuando tres de los procesados —Antonio G.F. y su hermano, Juan G.F., así como el primo de ambos, Antonio G.S.— acudieron a un café-bar situado en la calle Mayor de dicha localidad.

En el interior del local, éstos se encontraron de manera casual con dos antiguos vecinos, los hermanos O.S., que se marchaban ya del bar. No obstante, en el intercambio de saludos se produjo desacuerdo entre todos ellos, lo que derivó en una reyerta en la que tuvieron que intervenir los encargados de seguridad del establecimiento.

En ese momento, dos de los procesados aprovecharon para avisar a dos individuos más, primos de éstos, con los que habían estado esa misma noche en otros locales y se incorporaran para poder continuar la riña.

De este modo, Eduardo G.B. y Antonio G.B. aparecieron en el local pocos minutos después y se sumaron a la pelea. El fiscal añade en su escrito que "con la superioridad numérica recién adquirida, desbordando la labor de contención realizada hasta ese momento por los vigilantes y arreciando en la agresión, se desplegaron concertadamente hacia donde se hallaban los dos hermanos O.S., a los que arrinconaron al fondo del local, junto a la zona de los aseos".

Los cinco procesados utilizaron contra éstos todo tipo de recursos, entre los que se incluye el lanzamiento de taburetes, sillas y botellas.

Posteriormente, la víctima fue reducida e inmovilizada, momento en el que Eduardo G.B. le apuñaló con una navaja de entre 10 a 15 centímetros, provocándole dos heridas incisas en el tórax y en otras partes del cuerpo que le causaron, finalmente, la muerte pocos minutos después por una hemorragia torácica producida por una rotura cardiaca cuando salió a la calle en busca de auxilio.

Mientras tanto, el hermano de la víctima continuaba peleando en su propia defensa hasta que nuevamente Eduardo G.B. le asestó siete puñaladas con heridas penetrantes en zonas vitales y heridas contusivas. Las lesiones producidas precisaron, además de la primera asistencia facultativa, tratamiento médico y quirúrjico.

Finalmente, los cinco individuos implicados en esta reyerta que acabó con la vida de O.O huyeron del establecimiento cuando el autor de la agresión, Eduardo G.B., dio la voz de "vámonos, vámonos que le he pinchado".

Por todo ello, el fiscal considera que los hechos son constitutivos de un delito de homicidio y otro en grado de tentativa, a los que se suman una indemnización conjunta a los padres de la víctima en 100.000 euros por los perjuicios sufridos, y al hermano de éste en 1.161 euros por las lesiones y en 9.000 euros por las secuelas.

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