El terrible dolor del silencio

Julia Solomonoff viaja a los años ochenta para narrar la vida de dos hermanas argentinas que no se han visto en años y que tienen muchas cosas que contarse y duros secretos que conocer.
Julia Solomonoff e Ingrid Rubio mostraron algunos detalles del rodaje de su película a concurso.
Julia Solomonoff e Ingrid Rubio mostraron algunos detalles del rodaje de su película a concurso.
Pablo Elías
Julia Solomonoff e Ingrid Rubio mostraron algunos detalles del rodaje de su película a concurso.
Dos hermanas se reencuentran en Texas después de ocho años sin verse. Los sentimientos están a flor de piel y no hay nada que perturbe la alegría de ambas por volver a verse. Sin embargo, hay un pasado que las perturba y que no las deja dormir.

Recuerdos que les devuelven años atrás y las sitúan en los primeros momentos del golpe militar argentino.

Así comienza Hermanas, el primer largometraje de Julia Solomonoff, en el que se plantea esta etapa histórica desde un punto de vista diferente: el familiar. A pesar de esta nueva visión, la política no desaparece de una narración que evoluciona a partir del texto de una novela escrita por el padre momentos antes de morir y que estaba enterrada en una caja del jardín familiar.

Con tierra de por medio, ambas hermanas recuerdan momentos pasados en los que la más pequeña de ellas, interpretada por Ingrid Rubio, intenta descubrir  qué pasó con su novio, Matías, para que supieran de su paradero y los militares lo asesinaran. Por otro lado está la mayor, a la que da vida Valeria Bertuccelli, que pretende ocultar la verdad, incluso eliminando los textos de su propio padre.

La historia de esta familia, marcada ideológicamente por el golpe militar, que llevó a la cárcel al padre de familia e hizo huir a España a la pequeña, se va desvelando poco a poco sin, aparentemente, definir quiénes son los malos y los buenos. «Todos son víctimas de la represión», confirmó la propia directora en la rueda de prensa.

La evolución de los personajes y la salida a la luz de la verdad está provocada también por Tomás, el hijo de la hermana mayor, que conoce una parte de la verdad de la historia de sus antepasados y que tiene una visión parcial del problema.

«Tomás es el puente que permite el diálogo entre las dos hermanas y que rompe con la visión cuadriculada que tiene mi personaje sobre la vida», reconoció Ingrid Rubio, quien informó también de que pasó más de un mes en Buenos Aires para hacerse con el acento y ensayar con Valeria. «Era necesario establecer una verdadera relación de hermanas para que la complicidad fuera latente».

* ‘Hermanas’. Julia Solomonoff. Roxy. Hoy, a las 9.30 y 19.30 horas.

Mila Tarodo. «No me ha parecido mal. En general, me ha gustado, pero me parece que estos temas están muy tratados. La película, a grandes rasgos, está muy bien, pero le falta algo, no sé, no me ha emocionado todo lo que yo esperaba».

Jordi Larios. «La película me ha gustado mucho; pero la historia y la puesta en escena, no tanto. El guión está bien, pero tiene muchos tópicos, como los momentos en los que lloran, el corte de pelo. A pesar de todo, la estructura es buena».

Pedro Herrera. «Me ha encantado el desapasionamiento con el que habla del tema, que lo enfoque desde la familia. Es llamativo cómo el silencio puede envenenar la vida de las personas y cómo la verdad libera. Está bien hilada».

Julia Solomonoff

«Escribir la película fue muy difícil y costoso»

La directora habló de su primer largometraje en una rueda de prensa.

¿Cómo elaboró el guión?

Me llevó mucho tiempo escribirlo y fue difícil. Las primeras versiones eran diferentes, hasta que un amigo me dijo que cambiara el enfoque y lo reescribiera todo desde el punto de vista de Elena, la hermana mayor. Ahí empezó la historia.

Junto con las dos hermanas hay otros personajes importantes, como el hijo y el marido. ¿Qué le parecen?

Tomás, el hijo, tiene un papel fundamental en la relación de las dos hermanas. Es el puente que provoca que ambas se relacionen y crea el momento de ruptura para que toda verdad salga a la luz. Además, el marido, que, aparentemente es el facha, tiene una parte muy tierna y sensible que provoca que el espectador le dé una segunda oportunidad.

¿Cómo se desarrolló el rodaje?

Fue muy difícil, porque en un principio íbamos a rodar mucho en los EE UU y resultó imposible. Al final encontramos en Buenos Aires unas casas prefabricabas americanas que fueron fantásticas.

Bio

Julia Solomonoff se graduó en Buenos Aires y terminó sus estudios en Nueva York. Ha rodado varios cortos.

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