Al acto asistieron, entre otros, su antecesor, Juan María Uriarte, alrededor de 40 obispos y varios representantes institucionales como la presidenta del Parlamento vasco, Arantza Quiroga, el alcalde de Zumarraga (Gipuzkoa), Mikel Serrano (PSE), y el secretario general del PP vasco, Carmelo Barrio.

Una catedral abarrotada de fieles que ya ocupaban todos los asientos del templo una hora y media antes de que comenzara la ceremonia, a las 12.00 horas, dieron a bienvenida a Munilla, quien recibió un aplauso de unos ocho minutos antes de tomar la palabra como obispo de la Diócesis donostiarra.

Munilla se presentó antes los fieles como "pobre y humilde" y con el "deseo" y la "disposición" de "trabajar de forma que todos juntos" sirvan a Cristo y "sumando esfuerzos al proyecto pastoral".

El nuevo obispo también pidió "comprensión" y "buena voluntad" en su acogida, y manifestó su "sensación" de que las expectativas que muchos de los asistentes podían tener "son muy superiores a lo que quepa esperar" de él.

(Habrá ampliación)