Las cuentas de este año alcanzan los 2.457 millones de euros, y descienden un 1,5 por ciento con respecto a 2009, además de incurrir en un déficit del 2,65 por ciento, que será financiado a través de endeudamiento, en concreto, por valor de 372 millones de euros.

De cada 100 euros que gastará el Gobierno cántabro, 72 serán para el área social, que suma en total 1.770 millones de euros, un 2 por ciento más que en 2009.

Así, la Sanidad, por ejemplo, se lleva casi 794 millones de euros, un 0,58 por ciento más que en este ejercicio; mientras la extensión y aplicación de la Ley de Dependencia cuenta con más de 130 millones de euros, lo que supone un incremento del 23,43 por ciento. Igualmente, aumenta casi un 3 por ciento el gasto en educación.

Por lo que respecta a la distribución del presupuesto por capítulos, el de mayor volumen es el de los gastos de personal, que suma 880 millones de euros y sube un 1,9%. Los gastos corrientes, en cambio, bajan un 1,6 por ciento y se quedan en 341 millones. También se reducen la inversiones reales (-13,6%) y transferencias de capital (-16,7%), con 302 y 174 millones, respectivamente; mientras suben un 64% los gastos financieros (hasta 44 millones), al aumentar el endeudamiento.

Por secciones, el Servicio Cántabro de Salud se lleva el 30 por ciento de presupuesto (763 millones), y le siguen las consejerías de Educación (546,2 millones) y Empleo y Bienestar Social (casi 237 millones).

A continuación se sitúan Medio Ambiente (casi 151 millones), Obras Públicas, Ordenación del Territorio, Vivienda y Urbanismo (142,1), Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca y Biodiversidad (118,6), Industria y Desarrollo Tecnológico (83,5), Cultura, Turismo y Deporte (82), el Servicio Cántabro de Empleo (76,3), Presidencia y Justicia (casi 72 millones), Economía y Hacienda (65), Sanidad (unos 33 millones), el Parlamento (8,9) y el Instituto Cántabro de Seguridad y Salud en el Trabajo (unos 4,6 millones).

A todo esto se sumarán además las inversiones extrapresupuestarias que se movilizarán a través de un nuevo plan de choque, así como las actuaciones que se canalicen a través del Instituto Cántabro de Finanzas.

Ley de acompañamiento

En cuanto a la conocida como Ley de Acompañamiento, este año incluye una reforma fiscal que propone una redistribución de la carga tributaria con la introducción de bonificaciones en algunos impuestos, la subida de otros tipos y la creación de nuevas figuras impositivas.

Entre las medidas, destacan algunas como el aumento de la carga impositiva para los bienes 'de lujo'; las bonificaciones en impuestos como los de sucesiones y donaciones; o los cambios que se introducen en las tasas de residuos y saneamiento.

Con todo ello se pretende gravar más a quienes más tienen; ayudar a jóvenes, familias numerosas y hogares con personas discapacitadas; y hacer una redistribución y adecuación de los costes de algunos servicios, como el abastecimiento de agua, que ahora tendrá una tarifa de verano y otra de invierno.

Entre los impuestos y tasas que se modifican se encuentran los impuestos de sucesiones y donaciones, el de transmisiones y actos jurídicos documentados, algunos tributos sobre el juego, el canon de saneamiento y las tasas de aguas y residuos.

Además, se crea un nuevo impuesto medioambiental que penalizará a las empresas que no reciclen y reutilicen, de forma que deberán pagar una cuota por cada tonelada de residuos depositada en vertederos de la región.