Este 1 de enero España asume, por cuarta vez en su historia, la presidencia rotatoria del Consejo de la UE. Va a ser un semestre lleno de actos lúdicos, culturales y políticos. Pero conviene aclarar una serie de cuestiones que, como todo lo que tiene que ver con la UE, siempre son confusas.

La presidencia española cuenta con un presupuesto inicial de alrededor de 90 millones de euros, lo que se traduciría en que cada español destinará dos euros a sufragar los gastos de organización y de seguridad de los actos que se celebren durante el semestre.

La principal partida del presupuesto corresponde al Ministerio de la Presidencia, que cuenta con 55 millones para el coste de la logística y la organización de los más de 350 actos previstos a lo largo de la presidencia, entre cumbres, consejos ministeriales y otros foros. El Ministerio de Asuntos Exteriores destinará alrededor de 16 millones a gastos de representación y de viajes, mientras el de Interior tiene reservada una partida de 19 millones para seguridad, según datos del Gobierno.

Los otros departamentos también cuentan con algunos fondos para la organización de actos y seminarios durante el semestre.

Fondos austeros por la crisis

El presupuesto de la presidencia española es similar al de Suecia, el país que ha estado al frente de la UE en el anterior semestre, que dedicó 94 millones de euros durante su mandato.

España y Suecia han contado con menos fondos que anteriores presidencias debido a la crisis económica.

La República Checa (primer semestre de 2009) contó con una partida de 126 millones de euros, mientras que Francia se gastó 151 millones en el segundo semestre de 2008.

En la anterior ocasión en la que España presidió la UE, en la primera mitad de 2008 durante el Gobierno de José María Aznar, el presupuesto fue de 71 millones, aunque en aquella ocasión, el número de socios europeos era menor (15) respecto a los 27 de ahora.

Con la peseta como moneda de curso legal, España también presidió la UE en 1995, con un presupuesto de unos 15,5 millones de euros al cambio, y en 1989, cuando el gasto ascendió a unos 12 millones de euros con doce países.

¿Qué es la presidencia? En la UE hay tres instituciones básicas: el Parlamento Europeo (para cuya composición se vota cada cinco años), la Comisión (una especie de Ejecutivo) y el Consejo (en el que están presentes los Gobiernos de los países miembros). Este último funciona con presidencias rotatorias y en el próximo semestre recae en España.

El trío Suecia ha ejercido la última presidencia de 2009. Tras España, y formando el trío con el que se quiere dar continuidad a las políticas, van Bélgica y Hungría.

La misión España ha de organizar reuniones de bajo, medio y alto nivel, tanto en Bruselas o Luxemburgo como en España. Establecer el orden del día de las mismas y, en definitiva, impulsar la agenda política de la UE.

El presupuesto España obtiene protagonismo internacional, pero a cambio, se gastará al menos 72 millones de euros en la seguridad de las 300 reuniones que se harán en España, citas que podría tratar de aprovechar ETA para cometer algún atentado, según se ha advertido esta misma semana. En la atención a la prensa, la contratación de personal y los viajes se irán otros 14 millones.

Tratado de Lisboa Entró en vigor el 1 de diciembre tras la ratificación de Irlanda en octubre. Ahora, España ha de impulsar su aplicación efectiva en todos los campos y convencer de que es un verdadero avance en la UE.

Presidencia estable El Tratado incluye la creación de una presidencia estable, de dos años y medio de duración, prolongable otro mandato. En noviembre se decidió que recaería sobre el primer ministro belga, Herman van Rompuy. Desde mañana inaugura un cargo al que tendrá que dotar de contenido en detrimento, lógicamente, de la presidencia rotatoria.

Economía La presidencia tendrá que poner punto y final a la crisis en la UE, aunque España siga en ella. Una vez hecho esto, habrá de establecerse una estrategia común en materia económica que supere la de Lisboa que ahora concluye. Sobre el papel, se volverá a apostar por el I+D+i para hacerlo, aunque luego no se cumpla.

Igualdad Zapatero izó esta bandera en España y volverá a hacerlo en la UE, principalmente con la lucha contra la violencia machista.