Después de que Caja de Ávila reconociera contactos con distintas entidades de toda España, Sanz, quien se ha posicionado en varias ocasiones en contra de cualquier fusión, resaltó que "la decisión la tienen que tomar, la que fuere, los órganos directivos de la propia entidad porque son los que están en el mercado financiero, trabajan con sus gráficos, sus datos y sus números, y son los que están en conversaciones con diferentes entidades para ver cuál es la mejor opción de una caja solvente, pero moderna y que piensa en el futuro".

Pidió, en todo caso, que se mantengan los puestos de trabajo, que no se pierda la propia identidad de la caja, que se mantenga la obra social y "que se respeten las decisiones que beneficien no sólo a la caja, sino a la propia provincia, porque estamos hablando de una labor financiera muy importante para esta provincia que está vinculada a la historia y al progreso de Ávila y de los abulenses". "Caja de Ávila está en buenas manos", añadió.

Por su parte, la secretaria provincial del PSOE, Mercedes Martín, también mostró el "máximo respeto" de su partido a la decisión que tomen los órganos de gobierno de Caja de Ávila en relación a su futuro, y pidió "respeto, discreción, prudencia e independencia de la entidad".