... pero no los ‘graffitis’

Porque una cosa es un cartel, con demasiadas pistas sobre su promotor, y otra una firma más o menos artística.
Pero siempre lo suficiente como para que no se reconozca a su autor. Además, a los graffiteros las advertencias tipo «prohibido» o las amenazas de denuncia poco les importa. Lo suyo es el arte sin fronteras. O casi.
Mostrar comentarios

Códigos Descuento