10 razones para que 'Harry Potter y las reliquias de la Muerte' se lleve un Oscar

Según vamos repasando las posibles nominaciones a los Oscar, nos vamos dando cuenta de algo. Y es que, por más quinielas que consultamos y por más cábalas que hacemos en la redacción sobre los candidatos, Harry Potter y las reliquias de la Muerte II no aparece por ninguna parte. Tratándose de la última entrega de una de las sagas más taquilleras de la historia, que (a veces) ha mostrado méritos artísticos notables y con un reparto de campanillas, vamos dando por hecho que nos la vamos a encontrar en las consabidas listas de Mejores Efectos Visuales, Mejor Vestuario e incluso Mejor Dirección Artística. Pero desde luego no en los premios gordos: las categorías dramáticas, Mejor Director, Mejor Guión o incluso (gulps) Mejor Película.

Esta es la realidad, y a estas alturas se ve casi inevitable. Pero, ¿es una realidad justa? Nosotros creemos que no. Y no sólo porque el colofón de la serie haya movido multitudes, o porque nos parezca un filme más que potable (salvo el prólogo), sino también por una cuestión de coherencia interna para los Premios de la Academia. Sigue leyendo y verás por qué es de justicia que el alumno más talentoso de Hogwarts se lleve, al menos, una nominación de las gordas. O varias.

En esta misma web, hemos hablado en ocasiones del llamado "síndrome de El Señor de los anillos". Es decir, la posibilidad de que, tras haber pasado por los Oscar relativamente de vacío, una saga multimillonaria se vea cubierta de estatuillas en su última entrega. Aun teniendo en cuenta las distancias que separan a El retorno del Rey de Las reliquias de la Muerte (la primera y más importante, que aquí estamos hablando de la segunda mitad de un filme partido en dos), consideramos que no tener en cuenta al colofón de la saga Potter para al menos una de las categorías mayores sería un rasgo de cierta hipocresía.

Recordemos una cosa muy importante: los Oscar son los premios del cine de entretenimiento. Y no lo decimos como algo negativo, bien al contrario: si el cine indie tiene Sundance, y el circuito más festivalero y gafapasta alcanza un orgasmo anual con la sección 'Una cierta mirada' de Cannes, los 'hombrecitos' sirven a la industria de EE UU para recompensar a esas películas que atraen a millones de espectadores al cine, y en las cuales (salvo excepciones) uno no encuentra más mensaje que el de los títulos de crédito. Si Titanic y Ben-Hur, dos filmes cuyo calado intelectual no es muy superior al de las historias de la Rowling, recibieron sendas inundaciones de estatuillas, Harry debería, cuanto menos, llevarse una a casa.

Como dijo Pedro Almodóvar hace muchos, muchos años, "los Oscar son esos premios con los que la industria se premia a sí misma". Es decir, que las recaudaciones y el impacto mediático tienen tanto peso en sus veredictos como el mérito artístico de una película. Visto lo cual, las cifras cantan: según Box Office Mojo, todas las películas del mago con gafas han entrado en la lista de los 200 filmes más recaudadores de todos los tiempos, resistiendo incluso esa ordalía que supone el ajuste a la inflación. La segunda entrega de Las reliquias de la Muerte figura en el puesto 100, con 2.962 millones de euros de taquilla internacional bruta. Por lo tanto, sería un rasgo de coherencia recompensarle con algo más que el consabido Oscar técnico.

¿Te ha gustado el tráiler de La invención de Hugo? A nosotros sí, y mucho. Lo bastante para notar que uno de los atractivos del filme de Martin Scorsese es su tono juvenil, soñador, fantástico, desenfadado, con niños... Es decir, muy potteriano. Aunque sólo sea como modelo de negocio (algo que también pesa para los Oscar, véase el epígrafe anterior) la saga de Harry ha creado una escuela a la cual ni siquiera el gran 'Marty' ha podido sustraerse, y que ha suscitado infinidad de imitaciones tanto buenas (Una serie de catastróficas desdichas) como menos buenas (Percy Jackson). Sólo por eso, tenemos otro argumento para exigir su nominación.

Uno de los elementos que más han perjudicado a las películas de Harry Potter en lo que a la cinefilia se refiere es su condición de obras destinadas al público infantil y juvenil. Vamos, que estamos ante un producto destinado a personas que, por su edad, 'no pueden' entender de cine. Pero lamentamos llevarle la contraria a la Academia en esto, porque algunos filmes de la saga mágica (Harry Potter y el prisionero de Azkaban, por ejemplo) han mostrado una calidad sobresaliente tanto en lo dramático como en lo literario. Por otra parte, recordemos que una película tan 'para críos' como E.T. el extraterrestre se llevó en 1982 9 nominaciones. Vale que el filme de Spielberg sólo ganó cuatro estatuillas, todas ellas en las categorías técnicas, pero también aspiró a Mejor Director, Mejor Guión y Mejor Película. ¿A que dan ganas de tomarse más en serio esta clase de películas ahora?

El epígrafe es una pregunta retórica: por supuesto que ha habido grandísimos nombres en el reparto de las 'películas Potter'. Haciendo memoria, y quedándonos sólo con los que más nos han gustado, tenemos a Gary Oldman, Imelda Staunton, Michael Gambon, David Thewlis, una Helena Bonham-Carter riéndose de su imagen de gótica desfasada, los jóvenes Matthew Lewis y Emma Watson y ese Alan Rickman al que aprendimos a odioamar a fuerza de talento. ¿Recibió alguno de ellos una nominación por su papel en ellas? Ni flores. Pero aún tenemos una esperanza, y -paradójicamente- esta nos viene del mismísimo Voldemort. Es decir, de un Ralph Fiennes que consigue resultar expresivo y aterrador pese al exceso de maquillaje verdoso y la ausencia de nariz. Aunque no figure en nuestra quiniela de nominados, nos alegraríamos mucho si le vemos aspirar al Mejor Actor de Reparto.

No hay que remontarse a tiempos remotos para saber que un toque de clase british puede caer muy bien en la Academia. Nos basta con recordar los cuatro Oscar de El discurso del rey. Un filme este con algunos puntos oscuros, y que (siempre desde lo subjetivo) tampoco era para tanto en muchos aspectos. De ahí que volvamos a remitirnos al ejemplo de El Señor de los anillos: si Peter Jackson fue finalmente recompensado por levantar desde la periferia de Hollywood (es decir, Nueva Zelanda) una franquicia multimillonaria, el mago con gafas ha entregado siete películas de producción británica que han batido récords y movido multitudes. ¿No es esto razón para tenerle en cuenta?

El compositor fetiche de Steven Spielberg ha sido nominado al Oscar correspondiente un total de 45 veces, y ha ganado 5 estatuillas por sus trabajos. ¿Corresponde alguno de estos triunfos a su trabajo en la saga de Potter? Nanai. Ahora, recordemos que el músico se llevó uno de estos 'hombrecitos' por su trabajo en La guerra de las galaxias y consideremos que, para muchísimos espectadores jóvenes, el campanilleo con el que Williams nos presentó al alumno de Hogwarts es el equivalente a la Marcha Imperial para sus padres o hermanos mayores, por su poder evocador y por lo pegadizo que resulta. Así pues: la Academia haría bien nominando a Williams por Las reliquias de la Muerte. Bastante irritante es saber que no le dieron el Oscar por En busca del Arca perdida, cuando la Raiders March es uno de los temas de cine que más nos han hecho soñar, como para que encima no le tengan en cuenta aquí. El tema principal que compuso para Harry Potter y la Piedra Filosofal ha estado presente en todas las entregas, a pesar de que han ido llegando otros compositores a la saga, el último Alexandre Desplat, nominado en cuatro ocasiones, la última por El discurso del rey.

¿Recuerdas cuál fue la razón aducida por la Academia para escoger a Anne Hathaway y James Franco como presentadores de los Oscar 2011? Exacto: atraer al público joven. Una hermosa ilusión, que se hizo pedazos al constatar la nula química de la pareja y lo preocupado que estaba él por mantener su Twitter al día. El resultado: la audiencia de la ceremonia en EE UU decayó un 9,9%, su descenso más vertiginoso en años. Señores académicos: puestos a captar a la muchachada, ¿por qué no darles una razón de verdad para ver la gala? Por ejemplo, que una película que ha arrasado entre niños y adolescentes esté representada en las categorías mayores.

Enumeremos nuestros argumentos: la segunda parte de Las reliquias de la Muerte no es en absoluto peor que otros filmes cubiertos de Oscar, su influencia sobre los espectáculos en pantalla grande es supina, y el nivel de (algunas de) las entregas anteriores de la saga se mereció al menos una nominación en las categorías mayores. Por lo tanto, aunque suene manido o parezca un berrido de fanboys frustrados, desde CINEMANÍA alegamos que tener al menos una nominación en las categorías dramáticas, o incluso un tiento a la Mejor Película "por ser vos quien sois", es de rigor. ¡Potterianos del mundo, uníos! Tomad vuestras escobas y vuestras bufandas de Hogwarts y dejadlo bien claro: queremos que Harry Potter y las reliquias de la Muerte II vaya a los Oscar.