Según las investigaciones, uno de los chicos menores de edad fue quien robó las llaves del ciclomotor a su propietario en el mes de setiembre al que conocía de frecuentar los mismos lugares de ocio. La víctima pensó que las había perdido y no cambió las llaves del bombín por considerar improbable que el que las encontrase, pudiera localizar el ciclomotor y además apropiarse de él.
Un mes y medio más tarde, a mediados del mes de Octubre, este menor junto con tres amigos más decidieron sustraer el ciclomotor aprovechando que su dueño lo había dejado estacionado en las inmediaciones de su lugar de estudio.
Como uno de estos chicos tenía un ciclomotor de la misma marca y modelo aprovechó el tubo de escape, manetas del freno, y el sillín del ciclomotor sustraído para mejorar el suyo.
Desmontaron el ciclomotor y decidieron deshacerse del chasis para evitar ser localizados y detenidos. Así concertaron arrojarlo al agua en el pantano de San Andrés de Los Tacones donde se desplazaron a bordo del vehículo del padre de uno de los implicados.
Tras averiguar la localización del vehículo, la Policía solicitó la ayuda de los Bomberos de Gijón para proceder a la recuperación de los restos que del mismo pudieran quedar. Se comprobó que correspondía al ciclomotor denunciado y buscado y que se hallaba en grave estado de deterioro.
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