El Colegio del Patriarca reconoce la protección que le brindó la UV "en tiempos difíciles" de la Guerra Civil

El Real Colegio Seminario del Corpus Christi de Valencia, conocido popularmente con el nombre de Colegio del Patriarca, ha organizado hoy a las 19.00 horas un acto de reconocimiento a la Universitat de València (UV) por la protección que le brindó "en tiempos difíciles". Esta institución reconoce el "esfuerzo de los responsables de la Universidad para evitar agresiones a las personas y el patrimonio del colegio en los momentos más violentos de la Guerra Civil española", según informó la entidad en un comunicado.

El acto de reconocimiento se celebrará en la Sala de los Tapices del edificio, situado en la calle de La Nave, número 1. Al homenaje está invitado el rector de la UV, Francisco Tomás, acompañado por miembros de su equipo, y se descubrirá un retrato del rector republicano José Puche.

José Puche Álvarez (Lorca, 1895 - México, 1979) fue un prestigioso médico y científico, que se formó en la Universitat de Barcelona, y se especializó en Fisiología en Utrecht, Bruselas, Gante y Suecia. Posteriormente, se doctoró en Madrid en 1929, y obtuvo las cátedras de Valencia y Salamanca.

Puche fue rector de la Universitat de València de 1936 a 1938, en plena Guerra Civil, y al mismo tiempo, ocupó el cargo de director general de Sanidad. Al final de la guerra se exilió en México, donde participó en la dirección del Comité Técnico de Ayuda a los Refugiados Españoles, y años después se incorporó al Instituto Politécnico Nacional.

Según los documentos del Patriarca, al empezar la Guerra Civil, el rector, el decano de la Facultad de Medicina, Luis Urtubey, y el archivero Emilio Viñals, "se decidieron a intervenir para evitar el asalto y la destrucción del Colegio, ante la gravedad del asunto".

Así, el rector "dirigió la palabra a la multitud alborotada en el patio del Colegio" para evitar su destrucción y alegó que el colegio había prestado servicios a la Universitat tras el incendio que se había registrado hacía no mucho tiempo, además "del inmenso valor artístico que custodiaba".

Asimismo, Viñals acabó de convencer a las personas conglomeradas allí, que se retiraron con la promesa de que el Colegio sería confiscado por la organización revolucionaria de estudiantes. El escrito, de los archivos del Patriarca, concluye que "para evitar posibles excesos las puertas del Colegio y de la Capilla fueron rotuladas con esta inscripción: 'Confiscado por la Universidad Literaria. Este edificio es del pueblo. Respetadlo'".

Esta inscripción llevaba la firma del rector y el sello de la Universidad. Además, antes de marcharse, el rector de la institución prometió poner una guardia de milicianos, a los que se sumaron dos bedeles de la Universitat.

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