Las faltas graves, como agredir o insultar a un profesor, se castigarán con hasta un mes sin poder entrar al centro, tiempo en que tendrá que elaborar trabajos académicos.

Estas faltas las estipula el Decreto de Normas de Convivencia, que entrará en vigor dentro de seis meses. Con él, la Región será la primera comunidad autónoma en la que se regula la convivencia escolar, según explicó ayer el consejero de Educación, Juan Ramón Medina Precioso.

Humillaciones sexistas

Entre las conductas graves también se tipifican las humillaciones por motivo xenófobo y sexista, las amenazas o coacciones y la falsificación de documentos académicos.

Para corregir estas faltas, el texto legislativo establece la realización de tareas educadoras para reparar el daño causado hasta durante 16 días lectivos fuera del horario escolar. También la suspensión de la asistencia a clase hasta una quincena o el cambio de grupo por un tiempo máximo de 16 días lectivos, que podrá llegar al cambio de centro.

El director del centro adoptará las medidas preventivas necesarias, pero su decisión tendrá que ser ratificada por una «comisión de convivencia» en el consejo escolar, formada por el jefe de estudios, un profesor, un alumno, el director y un padre o madre.

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Más atribuciones para el director

Con la nueva normativa, los directores tendrán la facultad de agilizar la resolución de conflictos de convivencia que se generen. Adoptarán medidas correctivas de forma inmediata, de lo que se informará tanto al alumno y los padres  como al consejo escolar a través de un procedimiento abreviado –para conflictos que afectan de forma grave a la convivencia– o el ordinario. El alumno expulsado tendrá derecho a una atención personalizada según fije el plan de convivencia de cada centro.