La Cumbre del Clima termina con un acuerdo "insuficiente" y no vinculante

  • Tras una tensa reunión, se aprueba el texto propuesto por EE UU.
  • Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Cuba y Sudán se oponen a él.
  • El texto omite el monto global de reducción de emisiones de gases.
  • Las ONG hablan ya de "fracaso histórico" de la cita de Copenhague.

La Cumbre de la ONU sobre el Cambio Climático de Copenhague ha dejado más incógnitas que respuestas para el próximo año, en México, sobre las medidas a tomar por los países ricos y en desarrollo para combatir el calentamiento global.

La cumbre organizada por Naciones Unidas evitó el fracaso el reconocer formalmente un nuevo acuerdo impulsado por Estados Unidos para luchar contra el calentamiento global, pese a la oposición de varios países. "La conferencia de las partes toma nota del Acuerdo de Copenhague", dijo en su conclusión en las negociaciones de 193 países, que no apoyaron directamente el pacto.

Las negociaciones de la ONU deben operar bajo consenso y varios países habían expresado su rechazo al plan, negociado por Estados Unidos. La decisión final daría a conocer una lista de los Estados a favor de un acuerdo y aquellos en contra.

En una reunión complicada y ardua que se ha prolongado desde las tres de la mañana hasta las 10 de este sábado el Pleno ha optado por una postura intermedia para solventar la oposición de estos cinco países (Nicaragua, Bolivia, Venezuela, Sudán y Cuba), que rechazan frontalmente la entrada en vigor de la financiación inmediata para los países pobres.

La ausencia de un tratado jurídicamente vinculante ha decepcionado a quienes han sido excluidos de las negociaciones, como el grupo G77 de los no alineados, según confirmó un portavoz de esos países. Pero la frustración también ha sido generalizada entre las ONG presentes en Copenhague, al igual que amplios segmentos de la sociedad civil que ya tenían bajas expectativas puestas en esta cita.

El texto acordado en la madrugada omite el monto global de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, al contrario de lo pretendido por muchos países, y sólo pide "profundos recortes" en este sector sin precisar plazo.

El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, tuvo que admitir que el texto consensuado no cumple con las esperanzas puestas en la conferencia y que hubiera preferido un pacto jurídicamente vinculante, pero que "un acuerdo es mejor que ningún acuerdo".

Fue el presidente de EE UU, Barack Obama, el primero en declarar en la capital danesa que el documento, cuando aún se estaba redactando, no sería vinculante, pero que es un "avance sin precedentes y significativo".

Sin datos concretos ni plazo

El texto de la cumbre, bautizado como Acuerdo de Copenhague, omite el monto global de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, en contra de lo que pretendian muchos países, y sólo pide "profundos recortes" en este sector sin precisar un plazo determinado.

A la espera de una versión definitiva, el documento fue pactado el viernes por los líderes reunidos en la cumbre y prolonga hasta el 1 de febrero el plazo para que los países ricos establezcan sus compromisos de reducción de emisiones contaminantes.

La declaración alude a la necesidad de limitar la subida de las temperaturas en dos grados con respecto a 1900, aunque no fija qué medidas se adoptarán para ello y en qué plazo temporal se hará. Pese a que el objetivo de la ONU era que el bloque industrializado adoptara unas cifras homogéneas de reducción de emisiones tanto para 2020 como para 2050, el texto se limita a recoger las propuestas a medio plazo anunciadas antes de la cumbre.

El texto también establece la financiación que los países ricos destinarán a la mitigación y adaptación al cambio climático de las naciones en vías de desarrollo y que serán 30.000 millones de dólares entre 2010 y 2012 y de 100.000 millones de dólares anuales a partir de 2020.

La declaración fija por escrito las cifras que durante las últimas semanas han barajado países como los Veintisiete miembros de la Unión Europea (UE) y Estados Unidos. El texto establece que, de esos 30.000 millones de dólares para tres años, EE UU aportará 3.600 millones de dólares, la UE 10.600 millones y Japón, otros 11.000 millones de dólares.

Esos fondos procederán de fuentes "privadas, públicas, bilaterales y multilaterales, incluidos recursos alternativos de financiación". El acuerdo también da a los países en vías de desarrollo de plazo hasta el próximo 1 de febrero para "implementar acciones de mitigación" encaminadas a reducir su porcentajes de emisiones de dióxido de carbono (CO2) de forma voluntaria.

La declaración suaviza las alusiones de textos anteriores a los mecanismos de supervisión y verificación de las emisiones, a lo que se oponía China, y alude a sistemas "internacionales de consulta y análisis" que "garantizarán que se respeta la soberanía nacional".

La Unión Europea, "decepcionada"

La Unión Europa expresó su "decepción" con el nuevo acuerdo salido de la cumbre y aseguró que "no solucionará la amenaza climática". El presidente de turno de la UE, el sueco Fredrik Reinfeldt, sostuvo que este documento "no es perfecto" pero añadió que el texto, bautizado como Acuerdo de Copenhague, "es un acuerdo entre los principales actores" reunidos en la capital danesa.

Fracaso histórico según las ONG

Varias ONG como el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), Oxfam, Avaaz y Amigos de la Tierra, han criticado con dureza el "fracaso histórico" que supone el Acuerdo de Copenhague en la lucha contra el cambio climático.

El documento, acordado por una treintena de países, debe ser sometido aún a votación por el plenario de la cumbre pero, tras circular los primeros borradores, las ONG no han dudado en reprochar su falta de ambición.

"Después de años de negociaciones, hay una declaración que no vincula a nadie y que no garantiza el futuro de las generaciones venideras", manifestó el jefe de la Iniciativa Global de Clima de WWF, Kim Cartensen.

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