Memoria.- AMP.- La excavación de Alfacar concluye sin hallazgo de restos humanos ni evidencia de enterramientos

La excavación que comenzó el pasado 29 de octubre en el Parque Federico García Lorca de Alfacar (Granada), donde se creía enterrado el poeta granadino, ha concluido sin que los arqueólogos que han trabajado en la zona hayan encontrado restos humanos en todo el perímetro. Tras la prospección, han llegado además a la conclusión de que en el lugar no hubo nunca ninguna fosa.
Presentación del informe sobre las excavaciones en Alfacar
Presentación del informe sobre las excavaciones en Alfacar
Junta de Andalucía
Presentación del informe sobre las excavaciones en Alfacar

Así lo anunció hoy en rueda de prensa la consejera de Justicia y Administración Pública, Begoña Álvarez, que precisó que las "evidencias científicas" que han determinado esto último es la distancia existente entre la superficie y la roca localizada en su día, de tan sólo 40 centímetros, cuando una fosa estaría al menos a 1,5 metros de profundidad, y el hecho de que no se haya encontrado "ni un sólo hueso, ni una esquirla, ni tampoco casquillos de bala, ni ropa".

"Hemos situado la historia con los argumentos de la ciencia y no de la especulación", mantuvo la consejera, quien explicó que en el trabajo arqueológico se ha cribado el terreno "palmo a palmo", llevándose a cabo "con rigor científico, colaboración y respeto a la intimidad de los familiares". Para Álvarez, los resultados de la investigación no suponen un "fracaso", sino un "impulso para la memoria histórica".

Además, según consideró, el lugar, al que cada 18 de agosto acuden centenares de personas para recordar la muerte del poeta y por ende de todos los asesinados durante la Guerra Civil, "seguirá siendo un mito, porque allí murió mucha gente". "Intentaremos ahora asociarlo al arte y a la vanguardia, cambiar lo que ha significado hasta ahora, como algo del pasado oscuro o recalcitrante", defendió Álvarez, que indicó que se ubicará en el paraje una "instalación" de un artista "de primera fila".

La titular de Justicia explicó que la excavación se ha realizado en torno al monolito, donde el georradar detectó seis posibles fosas, por los testimonios históricos que le aportó en su día la Asociación Granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica, que contaba con la petición de exhumación de Francisco Galadí. "No hay fosas ni nunca las ha habido, pero no lo considero un fracaso, al contrario, es un impulso, porque se va a escribir la historia por fin con la ciencia. El trabajo no es baldío, es un punto de reflexión. Ahora los investigadores contarán con este material científico", dijo.

Álvarez agradeció la colaboración de los familiares que solicitaron la búsqueda de sus desaparecidos —a los que previamente se les ha comunicado el resultado de la investigación—, ya que "han dado todas las facilidades para que su memoria individual sea la memoria de todo el pueblo andaluz".

Dos meses de trabajos científicos

Los trabajos comenzaron el pasado 29 de octubre, pero la excavación arqueológica se inició el 2 de noviembre y finalizó el 16 de diciembre. Con el objetivo de preservar la intimidad y seguridad de los trabajos, se procedió a la instalación de una gran carpa metálica y se arbitraron medidas de vigilancia privada 24 horas para garantizar las actuaciones acometidas en la zona.

En total, se ha rastreado una superficie de 267,75 metros cuadrados y se ha extraído un total de 75,76 metros cúbicos de sedimentos. Todo el trabajo arqueológico ha sido acometido de forma metódica y sistemática por un equipo compuesto por cinco arqueólogos de la Universidad de Granada, coordinados por Francisco Carrión. Las áreas de excavaciones fueron seleccionadas sobre la base de la documentación de especialistas en historia contemporánea y a los resultados del análisis geofísico realizado por el Instituto Andaluz de Geofísica de la Universidad.

Se han practicado, según explicó Carrión, tres sondeos, todos a mano y sin intervención de maquinaria alguna. En el primero, con una superficie de 17 por 7,5 metros y en el que el georradar había señalado cuatro posibles enterramientos, sólo se encontraron unas pequeñas oquedades que fueron alcorques para una antigua plantación de viñedos, y unas "acanaladuras" que sirvieron para la toma de luz y agua para el parque, excavadas directamente en una roca. Cada uno de los sectores analizados, seis en total en este primer sondeo, se trabajó "sistemáticamente" y en ellos no se halló "ni una sola esquirla ni pieza dental".

En el segundo sondeo, más próximo al monolito, se ha excavado en cuatro sectores, en los que se detectaron otras dos fosas probables. Los arqueólogos encontraron en esta zona los mismos alcorques y niveles estratigráficos de entre 5 y 80 centímetros —provocado por el nivel de la pendiente—, y además otros objetos, como latas o vidrio, muy recientes. Esta segunda fase tuvo además una ampliación, en la que se analizó la superficie situada entre los dos olivos, justo detrás del monolito, siendo también los resultados en este caso negativos.

En el tercero, que se practicó en el afloramiento de la roca caliza encontrada, también se pudo excavar a muy pocos centímetros, lo que llevó igualmente a concluir que no pudo nunca enterrarse ningún cuerpo en el lugar. Además, los informes preliminares de los arqueólogos recogían la existencia de disparos en esta roca, si bien no se pudo determinar si correspondieron a los fusilamientos o a un arma de caza.

Según consta en el documento que el equipo ha aportado ya a la Consejería, al que se unirá uno más exhaustivo, la conclusión principal es que "en toda el área excavada nunca se realizaron fosas de enterramiento, ni han existido restos óseos humanos. Esta seguridad viene avalada por el trabajo arqueológico, que no sólo no ha encontrado ni indicios ni restos, sino que además el estudio de la estratigrafía es contundente y no dejar lugar a duda alguna".

El lugar ha estado protegido por dos carpas y en él se buscaban los restos de los banderilleros Francisco Galadí —a petición de su nieto— y Joaquín Arcollas —que había sido reclamado por la CGT-A y la Unión Nacional de Banderilleros—, que se cree que fueron fusilados junto al poeta. También se intentaba localizar, a instancias de sus familiares, al inspector de tributos Fermín Roldán y al restaurador Miguel Cobo.

La excavación no tenía como finalidad encontrar a García Lorca, de cuya muerte hace hoy 73 años y cuatro meses, ni al maestro republicano Dióscoro Galindo, si bien sus descendientes se habían reservado el derecho a identificarlos.

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