En este sentido, la organización agraria consideró que los motivos de este descenso obedecen a dos cuestiones principales. En primer lugar, "la crisis económica generalizada, ha provocado un descenso en el consumo de horchata, y por tanto, en la compra de este tubérculo para elaborarla, que es imposible de controlar por el agricultor".

No obstante, existe otro problema "más preocupante porque compete al ámbito del agricultor", y que es "la venta de chufa sin precio por parte de un grupo de productores que ha arrastrado ya a la baja las cotizaciones". La Unió recordó que "todo el sector aconsejó en su día que nadie vendiera la producción sin cotización en previsión de una posible crisis de consumo, pero un reducido grupo de agricultores hizo caso omiso".

Así, "esta situación, auspiciada porque se trata de un cultivo con pocos productores y donde todos se conocen, ha provocado que los compradores marcaran, a partir de ese momento, un precio bajo hasta llegar a un mínimo histórico que no se registraba desde 1997".

En cuanto a la posibilidad de que la bajada de precios esté relacionada con una hipotética autorización de envasar horchata por parte del Consejo Regulador con chufas importadas de países africanos, La Unió aseveró que esta teoría "no se sostiene".

Al respecto, la entidad subrayó que "la horchata con sello de la denominación de origen se elabora única y exclusivamente con chufa valenciana y sólo en el caso de algunas muy baratas, y sin calidad, se hacen con chufas importadas". Por tanto, aconsejó al consumidor que "observe en la etiqueta el origen de procedencia del producto".

La Unió afirmó que una de las funciones del Consejo Regulador es "velar para que la marca de calidad se le dé únicamente a la horchata elaborada con chufa procedente de la huerta de Valencia y nunca de otros países y otras comunidades autónomas, algo que realiza adecuadamente desde hace mucho tiempo".

Asimismo, la organización aseveró que la chufa "era uno de los pocos cultivos que había escapado de la crisis generalizada de la agricultura valenciana", ya que la "revalorización" del producto a través de la Denominación de Origen había supuesto que el precio de la chufa estuviera siempre por encima de los costes de producción.

De esta forma, desde el año 1998 el precio por kilo de la chufa tierna no había bajado de los 0,50 euros, pero "ahora, el egoísmo y la desunión de unos pocos, ha conducido a una situación anormal en los últimos tiempos para este cultivo", lamentó La Unió.