Victoria, de 78 años y viuda desde los 31, arrastró más de cien metros la escalera que le cedió el Consistorio gratis (dio un euro, como voluntad). Al llegar al nicho, la apoyó contra la pared y, con ayuda de su hermana, subió a retirar las flores. «Me da miedo, pero si no lo hago tenemos que pagar diez euros a los chicos que las prestan», se lamenta.

Las vendedoras de flores se preparan, también, para trabajar a todo ritmo. Una docena de claveles cuesta ahora 12 euros, pero subirá; un ramo de flores artificiales en Torrero, 1,80 euros.

El complejo funerario se prepara para recibir a miles de visitantes. El dispositivo de limpieza se duplicó la semana pasada (hay doce operarios) y el complejo funerario está limpio, a excepción de la zona vieja, que sigue siendo la más deteriorada. Esta misma semana se instalarán aseos portátiles, más contenedores de basura, unidades sanitarias y se reforzará el servicio público de autobuses.

Seguridad

La Asociación Gitana pidió en febrero al Ayuntamiento que reforzara la seguridad, después de varias profanaciones de tumbas. El Consistorio se comprometió a solucionar el problema del complejo funerario en breve. Sin embargo, los avances han sido más bien escasos, según informaron trabajadores del cementerio.