La Princesa de Asturias tuvo que ser ingresada durante tres horas en la madrugada del pasado martes, 18 de octubre, en la clínica Rúber de Madrid, al sentir contracciones de parto.

La Princesa sale de cuentas sobre el 20 de noviembre, según las fuentes consultadas, por lo que estaba de 36 semanas cuando fue internada. La mayoría de los embarazos duran de 38 a 42 semanas, y la fecha del parto normal es en la semana 40.

Los expertos consideran parto prematuro al que se produce antes de la semana 36.

Estadísticamente, las mujeres con mayor riesgo a sufrir uno prematuro son aquellas que, entre otras causas, sufren mucho estrés durante el embarazo, tienen menos de 17 años o más de 35 (doña Letizia suma 33), están embarazadas de mellizos o no han aumentado suficiente peso durante el embarazo.

Los partos prematuros inminentes se retrasan mediante un medicamento, atosiban, que se administra por vía intravenosa. Es el antagonista de la oxitocina, que se pone para acelerar los partos. El atosiban puede producir en las pacientes reacciones adversas, entre ellas náuseas, cefalea, vértigo, taquicardia, hipotensión e hiperglucemia.

Otras fuentes médicas consultadas por 20 minutos indican que a partir de la semana 36 de embarazo no es recomendable detener los partos, pues en ese momento el feto está ya maduro y, aunque estuviera falto de peso, no tiene por qué haber ninguna complicación ni para el niño ni para la madre. Todo indica, por tanto, que el nacimiento del heredero del trono se producirá antes de que se cumplan las 40 semanas de embarazo de Doña Letizia e incluso antes de mediados de noviembre, fechas que anunció el Príncipe el pasado 12 de octubre en la recepción de la Fiesta Nacional.

Fin de semana solitario de Felipe

Don Felipe afrontó este fin de semana la vigésimoquinta edición de los Premios Príncipe de Asturias en solitario, ya que Doña Letizia no pudo asistir por su avanzado estado de gestación. En su discurso en la ceremonia de entrega, el heredero trasladó a los presentes el recuerdo «más cariñoso» de la Princesa, quien estaba allí «con todo su corazón y pensamiento».

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