Nuevos avances para la obtención de un fármaco que ataque sólo las células dañadas

  • Se busca que los tratamientos con quimioterapia no destruyan las células sanas del cuerpo de los enfermos, sino las cancerígenas.
  • Los estudios, con participación española, de momento sólo se han realizado en levadura, y han sido publicados en la revista 'Nature'.
Imagen de archivo de un centro de estudio de células.
Imagen de archivo de un centro de estudio de células.
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Imagen de archivo de un centro de estudio de células.

Un grupo de científicos, con participación española, ha descubierto que la eliminación o inhibición de una proteína llamada CDK2 evita que las células cancerosas sigan creciendo pero sin afectar a las sanas, lo que abre la puerta a la obtención de fármacos capaces de atacar sólo las células del tumor.

Esta es una de las principales conclusiones de un estudio publicado en la revista Nature, liderado por el italiano Bruno Amati, y en el que participan, entre otros, Óscar Fernández-Capetillo y Matilde Murga, del Grupo de Inestabilidad Genómica, y Mariano Barbacid, todos ellos del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO).

Fernández-Capetillo ha explicado que uno de los objetivos del grupo de Amati es el de tratar de entender cómo la alteración de un gen (llamado c-myc) es capaz de iniciar el cáncer. Es en este contexto donde se ha constatado que los tumores iniciados por c-myc necesitan de la actividad de CDK2, una proteína reguladora de la proliferación celular.

De estudios realizados en levadura, la comunidad científica pensaba que esta proteína iba a ser fundamental para un mamífero, ya que se le adjudicaba un papel imprescindible en la proliferación celular.

Sin embargo, en 2003 el equipo de Barbacid puso en entredicho estas teorías y generó un ratón sin CDK2, constatando que esta proteína no era esencial para las células normales. Ahora, en este estudio que se publica en Nature Cell Biology, los investigadores han analizado la relación de esta proteína con las células cancerosas y han demostrado que, en contra de lo que pasa en las células normales, las células tumorales sí dependen de la citada proteína para poder crecer, ha detallado Fernández-Capetillo.

Uno de los principales problemas de la mayoría de las quimioterapias es que atacan tanto a células cancerosas como a sanas, lo que explica los muchos efectos secundarios de estos tratamientos.

Así, uno de los grandes objetivos de la comunidad científica y sanitaria es conseguir un fármaco o terapia capaz de eliminar sólo las células tumorales y que no afecte a las sanas. Esta investigación avanza precisamente en este sentido, según el científico español.

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