Rafael Jover es el cónsul general de España en Rabat y se ha mostrado sorprendido por la huelga de hambre iniciada por los presos españoles en la cárcel de Toulal, en la ciudad marroquí de Meknes. "No me consta que estén en huelga de hambre", asegura mientras valora las quejas de los reclusos: "Queremos que estén en las mejores condiciones posibles pero las prisiones de Marruecos no son buenas. Una cárcel no es un hotel".

Los presos aseguran que se mantienen sin comer desde primera hora de este jueves y seguirán así hasta "cuando sea necesario". Una de sus principales reivindicaciones es tener mejor atención del consulado de Rabat, del que dicen sólo han recibido una visita en siete meses. "Estamos abandonados", comentan.

Precisamente este viernes recibieron la visita del funcionario de Rabat y se negaron a hablar con él. "En cuanto le hemos visto nos hemos dado la vuelta. No queremos hablar con él porque no cumple su palabra. Sólo hablaremos con el cónsul", dicen a 20minutos.es.

El mismo cónsul afirma que estará "encantado de visitarles en cuanto pueda", pero no lo hará "forzado". "A mí no me ha llegado una petición formal para que vaya a visitarles, aunque no tengo problemas en hacerlo", indica el cónsul, que defiende a su asistente: "De él he recibido siempre felicitaciones. Su labor es mucho mejor de lo exigible".

Jover comenta que se hace una visita cada trimestre y la última se hizo a finales de octubre, por lo que no tocaba volver hasta enero. "No podemos ir cada mes porque es materialmente imposible, nos encargamos de 14 prisiones con reclusos españoles a los que tenemos que visitar y a mucha distancia unas de otras", sentencia.

"Una de la mejores cárceles de Marruecos"

En cuanto a la prisión, mientras los reclusos afirman que "parece una obra abandonada", el cónsul indica que "junto con la de Casablanca y la de Rabat, la de Meknes es una de las mejores prisiones de Marruecos. Sus condiciones están por encima de la media". Y sobre las quejas, defiende que "nosotros podemos intentar mejorar la prisión en la medida que nos permita la ley marroquí. Tenemos una política de atención hasta donde podamos llegar. Los presos no pueden marcar el ritmo".

Pero los reclusos siguen firmes: "No podemos parar la huelga de hambre sólo por una visita y porque nos den la paga retrasada. Queremos mejor asistencia y que si tenemos un problema de salud nos lo resuelvan de la mejor forma posible. En Tetuán se veía que alguien estaba detrás de nosotros, pero aquí no podemos hacer nada. Nos engañan. Queremos lo mínimo para comer".