Ni las últimas nevadas de la semana pasada, que permitieron abrir las estaciones de esquí justo a tiempo para el puente de la Constitución, ni el tiempo suave que hizo ayer han logrado asimilar el arranque de esta temporada de invierno al explosivo comienzo que tuvo el año pasado.

A pesar de que el turismo rural, sobre todo en el Pirineo, ha registrado porcentajes de ocupación medios cercanos al 70% (con establecimientos casi llenos en las áreas de mayor afluencia), la climatología ha limitado mucho la práctica del esquí en las estaciones invernales.

Las estaciones del grupo Aramón han recibido durante los últimos cinco días sólo 47.000 entradas de esquiadores, una cifra que la propia dirección acoge con "moderación". El año pasado fueron 71.000.

"La climatología no ha acompañado a los esquiadores; se podrían haber hecho unas mejores cifra", explica Mario Ortiz, director de comunicación del grupo Aramón. En general, las instalaciones de esquí de la comunidad aragonesa han abierto sus puertas este puente con la mitad de su capacidad total, algo menos de 150 kilómetros esquiables.

Las constantes lluvias han constituido la principal razón de la escasa afluencia a las estaciones, sobre todo a las de Teruel, que el sábado abrieron con menos de 4 kilómetros de pistas esquiables, a pesar del fuerte interés que despertaron entre los esquiadores.

Aun así, la dirección de Astún hace un balance «satisfactorio» del puente. Han logrado abrir el 80% de los remontes y la ocupación hotelera del Valle de Aragón se ha situado en torno al 70% del total, según fuentes de la Asociación Turística del valle. Para los próximos días se prevén nuevas precipitaciones que ayudarán a mejorar la situación de la nieve.