¿Cómo surgió la pulsera?

En un principio se crearon como  una herramienta de marketing para un baloncestista de Nike. Descubrí que se estaban introduciendo dentro de las cajas de zapatillas y les dije a los de marketing que no podían meter esos sueños en una caja, porque son demasiado valiosos. Así que pedí unas cuantas para entregárselas a algunos chavales, y así empezó todo.

¿Se imaginaba la repercusión que ha tenido?

Estoy muy sorprendido y sobrecogido. Sobre todo, por la concienciación de la gente. Pero no sólo se trata de una idea. Lo importante es que cada pulsera tiene su propia historia, y ya hay 55 millones de historias detrás de la pulsera de Armstrong.

¿En qué consiste su trabajo como motivador?

Yo provoco pensamientos a la gente para que encuentre una inspiración, un sueño, lo que hace que se levante cada mañana. Una vez hallada, entra en juego la estrategia de cada uno para convertir ese sueño en realidad.

¿Se trabaja igual con un equipo deportivo que con uno empresarial?

Los principios son los mismos, pero cuando trabajas con deportistas de élite, acostumbrados al éxito, tienes que inspirarlos y motivarlos con ideas más imaginativas e inteligentes.

¿Cuál es su inspiración?

Los niños, que son la siguiente generación de soñadores.

Bio

Kevin Carroll nació en el estado de Pennsylvania (EE UU), en agosto de 1958.