La provocación de Marilyn Manson

  • El cantante ofreció un show a medio camino entre la 'performance' y el concierto en sentido estricto en Madrid.
  • Congresó a 7.000 entregados fans en el Palacio de los Deportes.
  • Manson se guardó para el final el tema 'The beautiful people'.
Marilyn Manson, durante el concierto en Madrid.
Marilyn Manson, durante el concierto en Madrid.
EFE
Marilyn Manson, durante el concierto en Madrid.

El cantante Marilyn Manson ofreció el jueves un show en el Palacio de los Deportes de  Madrid a medio camino entre la performance y el concierto en sentido estricto.

El artista, que presentó su séptimo disco de estudio, The high end of low, ha desarrollado un estilo propio, aclamado por unos y despreciado por otros, pero nunca indiferente, durante los quince años transcurridos desde su debut discográfico.

Apabullante interpretación

Por esa misma senda, la del maquillaje y la melodía contundente, la del disfraz y la lírica agresiva, la del espectáculo visual y el metal industrial en definitiva, discurrió la actuación de Manson ante los 7.000 espectadores congregados.

Aunque sus últimos trabajos no destacan por la avalancha instrumental de sus orígenes, no es menos cierto que Manson aún puede erigir un sólido muro de sonido en actuaciones como la que arrancó con la apabullante interpretación de Cruci-fiction in space.

La enérgica Disposable teens enlazó con la no menos exhuberante Pretty as a swastika, ocasión para la que Manson coronó su cabeza con una gorra que recordaba a las que usó el ejército alemán durante la segunda Guerra Mundial.

Anunciada corta duración

Irónica hasta la médula, Love song dio paso a Irresponsible hate anthem, una atmósfera oscura y recargada tras la que sonaron los acordes de Four rusted horses. La emotiva balada Devour se fundió con los primeros compases de Dried up, tied and dead to the world, que preparó el terreno para Coma white.

We're from America puso el toque de resentimiento y rebelión a la velada, que continuó con las muy festejadas The dope show, Rock is dead y las versiones de Sweetdreams -de Eurythmics- y Rock 'n' roll nigger -de Patti Smith-. Como si de un regalo de despedida se tratara, Manson se guardó para el final The beautiful people.

Se había anunciado de antemano la corta duración del concierto, pero el aviso no mitigó la sensación de escasez cuando, cumplida la hora y media de concierto, Manson echó el cierre a un repertorio de quince temas, apenas cuatro de su nuevo disco.

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