Con más de 50 kilómetros de luces navideñas y grandes avenidas iluminadas, comerciantes y Ajuntament de Barcelona quieren hacer olvidar la crisis a los ciudadanos. El miércoles se encendieron por primera vez y se mostró el belén de la Plaça Sant Jaume, que reaprovecha las figuras del año pasado.

Pese a que este año Barcelona cuenta con seis kilómetros menos de iluminación, grandes vías como la Diagonal o la calle Aragó incorporan luces. En esta ocasión, las calles del centro se han decorado de forma uniforme, con un hexágono que se ilumina creando bandas de colores, simulando una estrella.

La decoración principal es un gran galet de plástico iluminado que se distribuirá por la ciudad. En la fachada del consistorio se proyecta, desde el miércoles, un calendario de Adviento. Los polémicos avetos metálicos que se encendían pedaleando y que costaron 214.000 euros, se reubicarán: dos irán al Saló de la Infància y cuatro más lucirán, enchufados, en varios puntos de la ciudad.

El presupuesto de la iluminación se eleva este año por encima de los dos millones de euros. Se ampliará el horario de encendido hasta las 22.00 h, de domingo a jueves. Viernes y sábado lucirán hasta las 00.00 h.

El Belén de la plaça Sant Jaume cuenta este año con una estética tradicional. Se han reaprovechado las figuras del año pasado pero, eso sí, se ha repintado sus vestimentas y se las ha colocado en un paisaje distinto. «Parece inacabado, es muy austero», hace constar Toñi Vílchez, una turista cordobesa. Para Didí Schupp, vecina de Barcelona, «las figuras no cuadran con la estética del verde». La barcelonesa Laura Pallejà elogiaba su apariencia «tradicional».

La Asociación por los Derechos Civiles, Económicos y Sociales (ADECES) denuncia que los ayuntamientos derrochan con las luces navideñas. Por otra parte, se convocaron varias protestas por la poca presencia de felicitaciones en castellano.