Hay meteduras de pata dignas de figurar en una antología. Partiendo de esta premisa, Toni Garrido publica junto a Xosé Castro Inculteces (Planeta), una hilarante recopilación de las barbaridades que cuentan sus oyentes de Asuntos propios (RNE).

El libro, ¿lo ha hecho como Ana Rosa Quintana?

Me hubiera encantado pero al menos hemos sido francos y contamos que gran parte de las aportaciones, sino todas, son de los oyentes. Fue imposible hacer pasar todo ese material como propio.

¿De dónde surgió la idea de hacer este libro?

De la necesidad. Me he reído mucho y quise dejar constancia de todas esas barbaridades, que me parecen geniales y que superan con creces el significado del original. Además, el libro pretende sumarse a la décimo aniversario de la campaña Un juguete, una ilusión. Una risa consigue generar más dinero para que la gente se ría. Una especie de círculo que se cierra con la risa como argumento.

¿Qué incultez es la que más gracia le ha hecho?

Una que no está en el libro. Ha sido muy reciente y todavía no me he repuesto. Cuando se habló de Rouco y Martínez Camino alguien creyó que se decía la conferencia episco pub. El libro ya estaba en la imprenta, pero a todos aquellos que se acerquen se la puedo incluir manualmente. Hay cosas muy divertidas. En mi casa somos muy de la incultez y mi madre me dice  eso de "hijo mío tienes una voz impotente".

Su madre también aparece en el libro.

Es que mi casa somos muy dados a la incultez. Todos nos equivocamos y mi madre no se molesta por salir. Está encantada y le va enseñando el libro a todas las amigas.

Algunos errores son tan recurrentes en la población (como decir "llevarse como cirios y troyanos en vez de tirios y troyanos" por ejemplo) ¿que no sería mejor que la RAE los admitiera como correctos?

Es verdad que el uso es el que deforma el lenguaje pero también el que lo construye. Al menos este libro sirve para dejar constancia de cómo se dicen bien las cosas y cuando alguien tenga una duda sobre la expresión correcta siempre podrá consultarlo para tener un referente real. Pero eso ocurrirá dentro de cien años cuando esta obra se convierta en un clásico (risas).

¿Cuál es la mayor incultez que ha escuchado en televisión?

Desafortunadamente hay mucha gente que sin merecerlo ya tiene un altavoz muy grande con el que rebuznar, así que hemos querido reflejar los errores que ingenuamente comete la gente de la calle. En ese sentido, la incultez de la gente de la televisión es verlos.

¿No pensaron incluir alguna de las frases lapidarias de Belén Estebán?

No, creo que este libro tiene un camino distinto. Comparar las inculteces de Belén  Esteban con las de nuestros oyentes sería insultarles.

¿Cuándo comenzó su afición por la radio?

Nació conmigo. Para mi generación y para una gran parte de la gente que vive en España, la radio siempre ha estado ahí. Soy un radioadicto, me gusta mucho y la defiendo como el mejor medio de comunicación que existe; el más real, directo, rápido.

¿Siempre tuvo claro a lo que se quería dedicar?

Sí, pero a veces he dudado, igual tendría que haber sido futbolista o bombero. Con 15 años entré por primera vez en un estudio de radio, un año después empecé a trabajar y a los 36 me pregunto: ¿qué he estado haciendo todo este tiempo aparte de levantarme temprano?

Podría ser peor y trabajar de madrugada...

También lo hice durante un tiempo, pero requiere de una capacitación física de la que carezco. A pesar de mi cuerpo hercúleo, no está en mis planes (risas).

¿Cuándo nos volverá a deleitar con su presencia en televisión?

La televisión no es un medio que esté en mis intereses. Me parece más interesante poder entrar y salir de él cuando quiera sin tener que establecer un compromiso. Además, resulta difícil encontrar cosas verdaderamente interesantes para hacer en televisión. Mi compromiso está ahora con Asuntos propios.

¿Alguna vez le han confundido con el actor Antonio Garrido?

Sí, y de hecho llegué a hacer una entrevista por él. Me llamaron de un periódico y a mitad de la entrevista me di cuenta de que se referían al otro Antonio Garrido, pero decidí continuarla. Esto lo sabe Antonio y cada vez que le veo me lo recuerda (risas).

¿Es cierto que trabajó como hombre del tiempo en Telemadrid?

Sí, han pasado diez años y la gente todavía me la recuerda. No sé si tienen mucha memoria o rencor.

Sería un poco como el becario...

No, aquel hombre del tiempo hacía toda clase de menesteres. Reportaje todos los días, conexiones en directo desde lugares remotos… era un trabajo muy completo y aprendí lo que no está en los escrito.

¿Suele leer lo que se publica de usted por Internet?

Me suscita poco interés, pero al estar tan expuesto gran parte de nuestro trabajo consiste en que el público pueda valorar e interpretar lo que haces. Y aunque quisieras vivir aislado de cualquier comentario o crítica sería difícil.

¿Qué suelen decir?

Dicen que me parezco a James Blunt, Frodo o Bob Dylan. Me llama la atención.

¿Cómo cree que le imaginaban sus oyentes al principio?

Seguro que atractivo y elegante, algo que coincide con la realidad (risas). Siempre me dicen que por la voz parezco más mayor.

¿Qué recuerdos guarda de su etapa en CQC?

Fue muy divertida. Son trabajos en los que acabas con una maleta llena de aprendizajes y experiencias que te sitúan en otro sitio. Le debo muchísimo porque además viví dos etapas: una peleando en la calle y otra en el plató.

Pero luego la gente pretende que sea igual de gracioso.

Hay una parte pública en la que correspondes con lo que la gente espera de ti y después otra parte en la que no te apetece hacer chistes. Siempre está la frase de "pues en la televisión eres muy gracioso", pero imagino que forma parte de la deformación del medio. No sé como será Chiquito en su casa, pero imagino que no estará todo el día contando chistes.

BIO: Nació el 18 de mayo de 1973 en Mallorca. Debutó en televisión en 1997 como el hombre del tiempo de Madrid directo en Telemadrid.