Condena de 8 años por matar a un hombre que no quiso pagar la cuenta en un bar

  • Los hechos sucedieron en 2001 en Torremolinos.
  • Golpeó a la víctima en el rostro y le dio patadas en la cabeza.
  • El hombre se negó a recibir atención médica.

La Audiencia Provincial de Málaga ha condenado a ocho años de prisión para un hombre por matar a otro que se negó a pagar las consumiciones, dándole golpes con los puños en el rostro y patadas en la cabeza. Además, deberá pagar una indemnización de 66.000 euros a la madre de la víctima.

Los hechos sucedieron en agosto de 2001 cuando la víctima estaba en un bar de Torremolinos (Málaga) con un amigo y pidió unas cervezas, negándose a abonar el importe de éstas. El ahora condenado, que era novio de la dueña del local y estaba ahí en ese momento, reaccionó de forma violenta increpando verbalmente al hombre.

Tras esto, le golpeó con los puños en el rostro y le propinó "varias patadas en la cabeza", marchándose del lugar, mientras que el hombre estaba en el suelo. Luego, un amigo lo llevó a casa porque se negó a ir al hospital, manteniendo su negativa a ser asistido cuando fue el equipo médico de guardia al domicilio.

Falleció en su casa

Finalmente, el hombre falleció en su casa por las lesiones que son "consecuencia de los golpes que le fueron propinados" por el acusado, aunque de haber recibido tratamiento médico adecuado, las lesiones podrían haber tenido una evolución diferentes y "es posible que el fatal desenlace no hubiese tenido lugar".

No obstante, se le condena por un delito de homicidio, tras descartar los miembros del jurado popular, según las declaraciones que hicieron los forenses en el juicio oral, tanto que el hombre se golpeara al caer como la tesis de una pelea entre ambos. Así, consideraron que todas las lesiones eran causadas por agresión.

"No existen dato objetivos para entender que los hechos no son constitutivos de un delito de homicidio desde el momento en que la víctima de la agresión falleció como consecuencia de las lesiones causadas por los puñetazos y patadas que le fueron propinadas por el acusado", señala la magistrada-presidente.

Para imponer la pena, la magistrada tuvo en cuenta "la brutalidad de la agresión propinada", que la víctima "no opuso resistencia alguna a pesar de lo cual el acusado le golpeó reiteradamente cuando ya está en el suelo", que el procesado no tiene antecedentes y que pidió perdón en el juicio.

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