Coger el autobús se convierte en una auténtica odisea para muchas de las personas que van en silla de ruedas por Valencia. Según los datos facilitados  por el concejal del Grupo Municipal Socialista Julio Such en la ciudad hay 1.246 paradas de autobús de la EMT, 804 tienen marquesina y 442 sin ella. De éstas, "el 90% no reúnen las condiciones mínimas de accesibilidad para las personas discapacitadas".

La Ordenanza Municipal de Accesibilidad en el Medio Urbano establece en su artículo 28 que las paradas de autobús "tienen que estar conectadas con su entorno con elementos de tránsito peatonal accesible". No obstante, dicho artículo se incumple en muchas ocasiones ya que, según Such, "hay árboles, papeleras y hasta bolardos que dificultan que una persona en silla de ruedas pueda acceder al bus".

Además, las marquesinas se deben situar de forma que permitan el acceso al interior, sin embargo, como explicó Palmira Castellano, presidenta de la Asociación Valenciana de Dependientes, "la gente que va en silla de ruedas muchas veces no puede acceder a la parada del bus y tiene que esperar en la carretera".

Uno de los ejemplos más flagrantes de incumplimiento de la ordenanza se produce, paradójicamente, en las paradas de autobús que están en la puerta de los hospitales La Fe, Clínico y General. "No están adaptadas para minusválidos, ya que el conductor nos tiene que dejar antes para que no vayamos por la carretera", denunció ayer Petra Galán. En la EMT quedan, además, unos 60 autobuses sin rampas de acceso.

Por su parte, el edil de Circulación, Alfonso Novo, replicó que "las paradas de autobús cumplen con la normativa", aunque se comprometió a que "si hay marquesinas donde existe alguna dificultad de acceso" se adaptarán. Destacó también que la línea de rotulación de los buses se está cambiando para facilitar su visibilidad a las personas con deficiencias visuales.