Ex reclusos de Euskadi rehacen su vida con la compañía de perros

  • Media docena de ex presos hacen salidas con canes en Vizcaya dentro de un plan de reinserción social.
  • «El chucho me da la vida.
  • CONSULTA AQUÍ MÁS NOTICIAS DE BILBAO
En las sesiones se dan cita los ex reclusos y los dueños de los perros.
En las sesiones se dan cita los ex reclusos y los dueños de los perros.
Mart Calleja
En las sesiones se dan cita los ex reclusos y los dueños de los perros.

Cigarrito en boca y de cuclillas, ahí está Fernando, su cara coronada por una perilla negra se arruga, pero ya no es por los malos tragos de la vida, sino por Chiste, ese chucho mil razas que él acaricia, mima, y le hace sonreír:«Pero mírale; es más majo... a mí es que este perro me da la vida», dice enternecido.

Esta escena ocurre en el parque de Akarlanda cada quince días. Fernando (pseudónimo) ha dejado atrás siete años de prisión, y ahora participa en un programa de reinserción social de la mano de la asociación Bidesari. Dentro de las distintas actividades de este proceso, asiste junto a otros compañeros a sesiones al aire libre con los canes de la Asociación Española de Perros de Asistencia (Aepa Euskadi).

Entonces el chucho Chiste empieza a correr entre las hojas, y Fernando cuenta su historia: «Ahora estoy mejor que nunca». Habla de cómo en su día lo pasó mal con la heroína, de tiempos duros. Pero hoy se ve en un futuro próximo rehaciendo su vida como vendedor de mercadillos, en el mismo tenderete que su hermano. Y con un perro como Chiste:«En cuanto pueda, me pillo uno como él».

Amores perros

¿Qué aportan las sesiones con perros a esta gente? Iñaki Linaza, vicepresidente de Aepa Euskadi, explica que, para empezar, aire fresco. «Es simplemente venir aquí, a la naturaleza, y disfrutar de los perros».

Pero además, Fernando y sus compañeros encuentran en los chuchos un canal para exteriorizar sus sentimientos. Se les oyen arrullos, se deshacen en caricias, se frotan la cara con ellos. Son afectos inconcebibles en prisión, donde una muestra de sentimientos acarrea una burla, si no es algo peor.

Hay algo más: Chiste y Fernando han pasado días duros en la calle. Hoy ambos están arropados, ya sienten el calor. «Estos perros tienen gran valor simbólico para ellos», añade Iñaki Linaza.

Trabajo filantrópico

Los socios de Aepa trabajan filantrópicamente en el proyecto. Normalmente, en el parque de Akarlanda se suelen dar cita unos diez voluntarios y media docena de personas participantes en los programas de reinserción social de Bidesari. La gran mayoría de éstos han pasado antes por prisión, aunque no todos. Incluso la Asociación de Perros de Asistencia (Aepa) hace trabajos dentro de la cárcel de Basauri. Más información del colectivo en la web www.aepa-euskadi.org.

CONSULTA AQUÍ MÁS NOTICIAS DE BILBAO

Mostrar comentarios

Códigos Descuento