Los grupos antifascistas y los líderes europeos de extrema derecha se citarán en sendos actos en Madrid este sábado, un día después del 20-N, para debatir y protestar contra la crisis económica. Las citas no coincidirán, pues serán en lugares y horas diferentes.

El presidente de Democracia Nacional española, Manuel Canduela, participará en un acto público junto con el europarlamentario del Partido Nacionalista Británico BNP Nick Griffin, y el líder de Forza Nuova italina, Roberto Fiore. Mostrarán a los ciudadanos las propuestas que tienen para luchar contra la crisis.

Este acto tendrá lugar este sábado a las 11.30 h en el Gran Hotel Velázquez (c/ Velázquez, 62). Los organizadores han solicitado protección policial "para evitar los habituales episodios violentos que los grupos autodenominados antisistema protagonizan cada vez que Democracia Nacional o su presidente tiene previsto realizar algún acto".

Marcha antifascista

Por su parte, la Coordinadora Antifascista de Madrid ha convocado una manifestación con motivo del 20-N el sábado 21 de noviembre entre Atocha y Sol contra "la crisis capitalista" y por la unidad y organización de la clase obrera.

La Coordinadora considera que la realidad es que "la avaricia y el ansia de explotación y competencia capitalista" revientan su propio sistema "y quienes lo pagan son los que producen, los de siempre: la clase trabajadora".

"Aprovechan las crisis para hacer recortes en los derechos laborales, salariales, endurecimientos penales, eliminación de libertades y derechos básicos conseguidos a base de sangre y lucha", argumentaron fuentes de la organización.

Desde el punto de vista político, la Coordinadora Antifascista de Madrid, que este año además celebra su XX aniversario, indicó que sigue pendiente la ruptura "con el régimen heredado del franquismo".

Por otro lado, la coordinadora denunció que en la actualidad se vive un auge de la represión contra el movimiento antifascista, con "una continua ilegalización de actos y manifestaciones, con la represión policial y judicial que eso conlleva, mientras que al fascismo callejero le amparan y protegen las instituciones", mientras "que la exaltación del españolismo burgués sigue siendo un instrumento de dominación, pretendiendo que la sociedad no identifique a los responsables de su empobrecida situación económica y mostrando a quien viene de fuera como enemigo".