Compro oro. Los carteles se multiplican por la ciudad gracias a la cotización histórica del metal precioso y también por la crisis. Muchos clientes, sobre todo mujeres, venden esa joya rota perdida en el cajón, se olvidan de sentimentalismos y recuperan un dinero magnífico para seguir adelante.

Si hace dos años apenas había cuatro locales a pie de calle dedicados en exclusiva a la compraventa de oro ahora son diez, más dos joyerías metedias también en el negocio.

La Policía tiene controlados a los 12 locales autorizados puesto que deben informar de sus operaciones para que los agentes contrasten los datos con las denuncias de robos, por si se tratase de una venta ilegal.

El auge en la apertura de este tipo de negocios ya se dio a principios de los 80, como recuerda José Luis Díez, de la Joyería Palencia. «Entonces también hubo una escalada en su precio», recuerda.

La cotización del metal, durante 16 horas al día, cambia constantemente. Jesús Mellado, de joyería Fuente Dorada, indica que son niveles históricos, «todos los días batiendo récords». Él sigue su precio a través del ordenador. En apenas cinco minutos comprueba cómo ha pasado de 1.108,80 dólares la onza de 999 milésimas (24 kilates) a 1.108,95 dólares, por eso los  consumidores recomiendan tener en cuenta que el precio varía constantemente.

La otra opción son los empeños de joyas en los dos montes de piedad de la ciudad (Caja España y Caja Duero). En los seis primeros meses del año han aumentado un 3,8%.

El cliente cede sus joyas, recibe a cambio un préstamo (la media es de 477 euros). Tiene un año para devolver el dinero, si no lo hace sus objetos son subastados.

«la gente ve que es rentable»

«El oro ha estado muchos años  sin cambiar su precio y la gente ve que ahora sí es rentable. Los clientes venden piezas que ya no utilizan o tienen mal arreglo por problemas económicos o para comprar otras joyas. Hay más mujeres que hombres. Las jóvenes traen cosas que hayan heredado o que no utilizan y las mayores cosas suyas».

«Hay una clase media apurada»

«El negocio ha aumentado mucho por la crisis y porque nosotros estamos animando al público que venda porque merece la pene por la cotización. Los clientes son de todo tipo, pero sí es cierto que hay clase media-baja apurada por la situación económica. Llegan todo tipo de joyas en oro, lo que se tiene normalmente como la medalla de la comunión, no es alta joyería».