Su álbum más reciente es el resultado de la relación con su nueva casa discográfica (Dro). Un disco plagado de emociones, letras inspiradas y un sonido que busca decididamente la sencillez y la naturalidad. Casi una vuelta a sus orígenes musicales.

Rosana no ha olvidado en este tiempo sus inicios en la música hace más de dos décadas, cuando se trasladó a Madrid con 20 años para estudiar armonía y guitarra. Pero su talento la llevó en seguida a componer para otros artistas antes de sacar su propio disco. «Sé que hay pobres con dinero / ricos que duermen en el suelo / sé que hay quien sueña en un cajero», canta Rosana en Soñaré, el primer sencillo de su último disco. Para muchos, el mejor conjunto de canciones que esta tinerfeña de 42 años ha compuesto en su carrera.

Disco de platino

Lo que es indiscutible es que Magia es ya disco de platino, siguiendo la estela de sus anteriores trabajos más exitosos. Y en esta vuelta decidida a los principios, Rosana retoma también los pequeños escenarios en su gira otoñal, que comenzó el 18 de septiembre en Logroño. Serán 150 conciertos con  los que disfrutar del repertorio acústico de la cantautora.

* Centro Cultural Caixanova. Calle Policarpo Sanz, 13. Esta noche, a las 21.30 h. Entradas: de 20 a 36 euros.

Una meiga de las emociones

Lunas rotas abrió el camino a Rosana Arbelo hace casi diez años. La cantautora canaria sorprendió al público español con un disco cargado de emociones y sorprendente por la sinceridad de sus letras.

Pocos conocían a Rosana Arbelo fuera del mundillo profesional cuando sacó su primer disco con 23 años. La sinceridad de A fuego lento, El talismán o Furia de color cautivó al público en 1996. El disco fue un éxito en toda España y abrió a la cantante el camino hacia el mercado latino. Dos años después, Luna nueva confirmó que su primer trabajo no había sido una casualidad, sino el fruto del talento y el trabajo. Rosana era ya una estrella. Atrás habían quedado sus composiciones anónimas para Ana Belén, Miguel Ríos o Rosario Flores. Su tercer álbum, Rosana, era un giro más hacia el intimismo y las emociones personales. El directo Marca registrada, en 2001, fue la última oportunidad que tuvieron los fans para disfrutar de sus composiciones.