Un espectáculo (casi) inclasificable: 'Glow!'

  • Teatro negro, sí, pero también cómic, cine, humor, efectos especiales...
  • Hablamos con el creador de 'Glow!', un montaje pionero.
Una escena de 'Glow!' en la que, además de los protagonistas, se ven los rostros de algunos "actores invisibles".
Una escena de 'Glow!' en la que, además de los protagonistas, se ven los rostros de algunos "actores invisibles".
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Una escena de 'Glow!' en la que, además de los protagonistas, se ven los rostros de algunos "actores invisibles".

Lior Kalfo quería hacer un espectáculo diferente. Ni una obra de teatro ni un musical ni una comedia en vivo. Algo con lo que llevar felicidad a todo el mundo. Algo tan divertido que echase abajo las barreras del lenguaje. Algo tan sorprendente que dejase al público "sin aliento".

Ydecidió trasladar su pasión por los cómics y el cine a su propio terreno, el escenario. Así nació Glow! (¡Brillo!)

Desde luego, tiene como base el teatro negro (aquel que se desarrolla a oscuras, con trajes y elementos fosforescentes). Pero intentar encuadrarlo en una categoría resultaría inútil, pues es el primero de su especie y, en efecto, "está creando un nuevo género teatral", asegura quien lo ideó y protagoniza.

El propio Kalfo lo define como "teatro cinemático". El poso que dejaron en él filmes como Matrix y La máscara, de hecho, puede apreciarse en el espectáculo. "De niño veía tantas películas de animación que me parecía que vivía en una", confiesa el israelí.

Una historia de amor

Cuestiones de forma aparte, Glow! se construye "al servicio de una sencilla historia de amor encantadora". Su protagonista, que da nombre al show, es un trabajador un tanto simple y aburrido, cuya vida da un giro de 180 grados el día que una rubia se incorpora a su misma oficina.

El espectador sólo ve a cuatro actores: los que dan vida a Glow, Emily (la rubia), Boss (el jefe de ambos) y el Mexicano. Sin embargo, sobre el escenario hay otros doce intérpretes...

Ellos manipulan la utilería y el decorado, prácticamente a oscuras y con la cara cubierta por unas máscaras negras especiales. Para hacerlo con la precisión y coordinación requeridas, estos "actores invisibles" deben someterse a un periodo de formación de en torno a dos meses. Durante ese tiempo aprenden manejo de marionetas, baile, música, camuflaje... e incluso gimnasia.

El proceso requiere una importante inversión de tiempo, pero también de dinero. Estamos hablando de una producción de más de tres años y un millón de dólares.

"El esperanto moderno"

Glow! es también peculiar por lo que respecta a la comunicación verbal. Durante la función, los actores se expresan en glowish, un "lenguaje universal" creado por Kalfo con términos de ocho idiomas distintos que todo el mundo conoce o puede entender. Hay quien se ha referido a él como "el esperanto moderno". "Me lo tomo como un gran halago", afirma su creador.

Y el efecto sonrisa que consigue no entiende de edades. En el espectáculo, que estos días se representa en el Teatro Nuevo Apolo de Madrid, "puedes ver a una abuela y su nieto juntos, los dos sonrientes".

Tampoco el humor de Glow! distingue nacionalidades. "Un chico de Hamburgo quedó tan sobrecogido que se subió al escenario y le pidió a su novia que se casara con él", cuenta Kalfo. Pero la afirmación más especial se la oyó Kalfo a una señora de 80 años. "Se me acercó después de la función y me dijo: 'Gracias por devolverme a la niñez0. Es la mejor crítica que he recibido jamás".
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