Reconstruyen el pene a dos niños que sufrieron amputaciones

Unos desconocidos se los cortaron en África para cocerlos y vender el caldo como falsa pócima para curar el sida.

Dos niños africanos se han sometido en Valencia a una exitosa operación para reconstruirles el pene. Se los amputaron porque en la región donde viven existe la falsa creencia de que el caldo que resulta de cocer el miembro viril de un hombre virgen cura el sida.

Los chicos, de 11 y 15 años, estuvieron  «ocho o nueve» horas en un quirófano del Centro de Rehabilitación de Levante, donde el doctor Pedro Cavadas y su equipo les restauraron los penes con tejido del antebrazo y el segmento de un hueso (la intervención es «similar a la de cambio de sexo»).

Los menores ya orinan con normalidad y podrán tener erecciones, según Cavadas, pero uno de ellos, el mayor, no conseguirá tener hijos, no por el falo sino porque quienes le agredieron en Kenia también le cortaron los testículos.

Se cebaron con él y le amputaron además una oreja y parte de un brazo, que el cirujano sí ha logrado restaurar plenamente.

Cavadas conoció a los menores durante un misión  humanitaria

 53

operaciones

hizo Pedro Cavadas gratis durante su última misión en Kenia 

de dos semanas que desarrolló a finales del año pasado en Kenia. Durante su estancia, realizó 53 intervenciones financiadas por la fundación que lleva su nombre, o lo que es lo mismo, pagadas de su propio bolsillo, explica.

La mayoría de las operaciones fueron para corregir secuelas de quemaduras y fracturas con complicaciones porque no habían sido tratadas antes. Cavadas, en colaboración con sus homólogos africanos, también operó en el Rift Valley Provincial General Hospital a una niña que tenía un enorme tumor en el lugar donde debía estar su oreja derecha y a otra que se quemó la cara en una hoguera. A la primera le extirpó el tumor y le reconstruyó la oreja, a la segunda la intervino para despegarle los párpados y en misiones sucesivas le rehará el rostro.

Otro crío de 5 años espera turno

Los casos más complejos detectados durante la misión en Kenia (los de reconstrucción de pene, por ejemplo) se derivaron a Valencia porque las dotaciones del centro hospitalario de allí son mínimas. Las intervenciones salieron bien y en dos semanas regresarán a su país. «Los críos están muy contentos, bailando», comenta el doctor. Su alegría la compartirá en diciembre otro niño de 5 años que está previsto que venga a Valencia para que también le reconstruyan el miembro viril.

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