El aluvión de quiebras y de expedientes de regulación de empleo que está provocando la crisis ya ha colapsado los juzgados mercantiles, a pesar de que en abril se abrió un segundo juzgado para agilizar los trámites y finiquitar las indemnizaciones.

El número de asuntos a tratar no para de crecer en este tribunal, que todavía tiene causas pendientes de 2007. En ese año, se juzgaron 36 casos, en 2008, 127 y sólo de enero a octubre han entrado 150 concursos de acreedores y 36 expedientes de regulación de empleo (ERE). Esto supone una subida del 240% y del 330% respectivamente respecto al mismo periodo del año anterior, según datos del Consejo General del Poder Judicial y del sindicato CCOO.

Las demoras así no se hacen esperar y los afectados por los expedientes de regulación de empleo tardan entre tres y seis meses para recibir las compensaciones pactadas.

Y todavía lo pasan peor quienes se enfrentan a un concurso de acreedores para salvar la difícil situación económica de algunas empresas en los juzgados de lo mercantil, que arrastran casos de 2007, debido a la complejidad de muchos de los casos, en los que hay implicados cientos de inversores.

“Este trámite debería ayudar a hacer viables los negocios, pero al final ni el 5% de los acreedores acaba cobrando y pierden el dinero”, señalaron fuentes de CC.OO. del juzgado de lo mercantil a 20 minutos.

La mayoría de las empresas que se ven abocadas a la  insolvencia, trabajan en la construcción, pero otros sectores ya se están viendo afectados.

De enero a junio, 13.465 trabajadores aragoneses se vieron afectados por expedientes de regulación de empleo (ERE) debido a la caída de la producción industrial. De ellos, 1.138 empleados veían extinguido su puesto de trabajo y los otros 12.327 suspendido temporalmente, según datos del Departamento de Economía. El número de expedientes realizados en los seis primeros meses del año fue 58, un 24% más que la media semestral de 2008, que fue de 44.