Películas como Z o Desaparecido convirtieron su nombre en sinónimo de cine político. El último trabajo de Costa-Gavras, Edén al Oeste, se estrena este viernes en España.

¿Por qué la inmigración?

En Europa hay más calidad de vida, por eso entiendo que ellos quieran acceder a ella. Quería expresar que nuestra sociedad debería aceptar a esa gente porque tiene una fuerza formidable. Esa energía podría ayudarnos mucho.

¿Cómo?

No tengo la solución; eso es responsabilidad de los dirigentes. Yo me limito a hacer comprender al espectador que esos inmigrantes son personas y no pueden ser tratados como animales.

¿Por qué su película tiene un tono tan cómico?

Me parece una forma muy irónica de ver la vida. El humor puede mezclarse con el drama. No hablo de comedia muy ligera, pero sí de una complicidad que nos puede hacer reír. Hasta ahora, los inmigrantes de los filmes sólo vivían tragedias, por eso quise hacer algo distinto.

¿Cuál es la lección más importante que aprende Elías, el protagonista de la cinta?

Sobre todo, a ser paciente. Y a descubrir que Occidente está muy lejos de ser un paraíso.

¿Cómo conoció al actor protagonista?

Fue difícil encontrar a alguien con un físico tan interesante y capaz de expresar tanto. Me gusta su cara de no entender nada. Busqué en muchos lugares y le encontré en Italia. Nos entendimos muy bien.

¿Suele pasarle eso?

Tengo una relación muy íntima con los actores; pero no todos son iguales: son como instrumentos de música. No se debe tocar a todos de la misma manera. Algunos son como violines o flautas y otros como un tambor. Pero de cada uno hay que sacar la mejor música.

¿Por qué apostar por un cine tan comprometido?

No me gustan palabras como compromiso o mensaje. Sólo quiero contar historias sobre personas, porque necesitamos conocer lo que les pasa a los otros. Por eso, siempre, el tema de mis películas ha de ser social. Los filmes que más me han gustado siempre hablan de la sociedad.

BIO: Konstantinos Gavras, llamado Costa-Gavras, nació en Grecia y estudió cine en París. Ganó dos Oscar por Z (Habla no inglesa y Montaje) y otro por Desaparecido (Guión).