“Coco encuentra a James Dean”. ¿Dónde? Alguna chaqueta de cuero so bre los hombros, un ligero tupé adornando la cabeza de algunas modelos, una mirada turbia hacia la cámara. Poco más. Pero con James Dean o sin él, Karl Lagerfeld ha conseguido una colección muy lograda, más “Cocó” que nunca.

Chaquetas de tweed combinadas con bermudas de talle bajo en algodón, la característica camelia de la firma, cadenas a la cintura, camisas de plumettis transparentes y pantalones corsario con puntillas conforman el característico look de señorita bien capaz de romper no solo un plato, sino cincuenta vajillas enteras.

Impresionantes los vestidos de noche con alternancia de transparencias y franjas verticales, los abrigos y guardapolvos con cierre lateral, el fresco colorido de algunas blusas, el acabado de las faldas de vuelo y los divertidos bolsitos con forma de lingote de oro. Si James Dean levantara la cabeza, a pesar de la buena voluntad de Karl Lagerfeld, saldría huyendo hacia el desierto de Texas.