El Plan Integral del Polígono Sur, paralizado según los vecinos

  • Denuncian que desde la vuelta de los chabolistas hay miedo y malestar en el barrio.
  • Ya han pedido formalmente una reunión con el presidente de la Junta.
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«¿De qué me sirve a mi que hagan un edificio enorme en el barrio para los trámites si tengo miedo a salir a la calle?». Así resume Rosario García, miembro de la Plataforma Nosotros también somos Sevilla, la situación actual en Polígono Sur desde que regresaron las familias chabolistas de Los Bermejales (Los Caracoleños).

Esta asociación vecinal denuncia que, desde que comenzó el conflicto, «el Plan Integral de Polígono Sur está paralizado, en coma. Impera la inseguridad y la impunidad en el barrio», dice esta residente. El párroco de Jesús Obrero, José González, coincide: «hay familias que han dicho que no van a la misa de noche porque tienen miedo a salir. Hay malestar general en el barrio», dice.

Alfonso Alcaide, otro miembro de la Plataforma, lo explica así: «en el Plan había dos patas, el ladrillo y las personas. En el ladrillo sí se han hecho cosas, pero con las personas no». Y asegura que «en agosto, a los servicios sociales que trabajan con las familias se les acabó el presupuesto, por lo que derivan a las familias a las parroquias».

La Plataforma afirma que muchas promesas siguen sin cumplirse: «los muros que nos separan de la ciudad no se han tirado, el metro y el tranvía no pasarán por aquí, no se ha creado una unidad policial y encima, a estas familias no se les está haciendo seguimiento de ningún tipo».

Por eso piden a las tres administraciones implicadas en el Plan Integral que realojen a estas familias conflictivas en distintos puntos de la ciudad «pero con un seguimiento y control para favorecer su integración».

Desde el Comisionado para el Polígono Sur, aseguran estar ya al corriente del malestar de los vecinos aunque admiten que desde, que regresaron las familias, «actuaciones concretas con ellos aún no se han hecho».

Amenazas en la parroquia

El párroco lamenta la situación de tensión que se da cada día en Jesús Obrero. «Los voluntarios están sometidos a acoso, insultos y amenazas de las familias que vienen a pedir y que ven que no damos abasto. Es una avalancha».

Por todo esto, la Plataforma ya ha solicitado una reunión con el presidente de la Junta para exponerle el problema y si no ven respuesta, se plantean incluso «volver a echarnos a la calle».

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