Es la versión del clásico La venganza de Don Mendo con la firma del reputado Alfonso Ussía. Al frente del elenco, un tanto arrevistado, se encuentra el veterano cómico Raúl Sender. La obra, suficientemente conocida por el público, sobre todo a través del programa Estudio 1, de Televisión Española, fue estrenada en el Teatro de la Comedia de Madrid en 1918. Fue entonces cuando su autor, Pedro Muñoz Seca (1879-1936),  creó el embrión de un género nuevo, el astracán –piel de cordero que ribeteaba abrigos– o astracanada. Además, y más allá de eso, este autor había lanzado quince años antes que Tres sombreros de copa (Miguel Mihura, 1932) un primer zarpazo a lo que se bautiza en el París de los años cuarenta como teatro del absurdo. Ajusticiado por antirrepublicano, Muñoz Seca perteneció artísticamente en realidad a una corriente experimental que, antes de la guerra civil (1936-1939), recibió aportes desde todos los frentes.