Los chabolistas que acompañaban a la reportera imputada Samanta Villar durante un reportaje para el programa 21 días de Cuatro han dicho este jueves al juez que sus referencias a robar chatarra eran una broma y que la periodista ignoraba lo que iban a hacer.

Los cuatro chabolistas han comparecido como imputados ante el juez de instrucción 7 de Sevilla, que tramita la denuncia por el robo de unos hierros, y han ratificado su declaración ante la Guardia Civil en el sentido de que la chatarra estaba en una cuba en la calle, que no la habrían cogido de saber que tenía dueño y que no rompieron ningún candado.

Fuentes del caso han informado de que el juez les ha preguntado específicamente sobre el papel de la reportera, que conducía la furgoneta y está imputada como cómplice del presunto robo, a lo que los chabolistas han respondido que la joven no sabía de antemano adónde se dirigían y que eran ellos quienes le iban indicando el camino.

Además, han precisado que durante los 21 días que convivió con ellos en su chabola del asentamiento sevillano de El Vacie fue ella la que condujo la furgoneta en todas sus salidas y han precisado que el director del programa 21 días les pagó 500 euros por alojarla.

Villar, que compareció el pasado martes ante el juez, está imputada como presunta cómplice del robo de chatarra valorada en 900 euros por parte de la familia chabolista o por no denunciar el delito.

"Una broma a la televisión"

La reportera se ratificó entonces en lo declarado ante la Guardia Civil, cuando dijo que "no tenía ni idea de que se iba a producir un robo" y creyó que la familia gitana "estaba de broma" cuando habló de robar chatarra, porque "ellos bromeaban mucho y creyó que era una broma más".

La familia chabolista también atribuyó, en su declaración ante la Guardia Civil, a "una broma a la televisión" su afirmación de que iban a robar chatarra que apareció en el reportaje emitido en abril pasado, han precisado las citadas fuentes.

En el programa 21 días, Villar convive durante ese tiempo con las personas objeto de su reportaje, y en el caso de Sevilla lo hizo con habitantes del asentamiento de El Vacie, donde acompañó en todas sus actividades diarias a la familia gitana que la acogió en su infravivienda.