Pese a los diversos globos sonda que se habían lanzado sobre el posible pago de una entrada para preservar el Park Güell de las hordas de turistas, finalmente, el Ajuntament de Barcelona ha optado por restringir a la mitad la entrada al recinto monumental, que seguirá siendo gratuito.

«Hay que hacer un cambio cultural: de ir de visitante a un parque, a ir de visitante a un monumento mundial». Con estas palabras ha resumido la teniente de alcalde de Medi Ambient, Imma Mayol, el Pla integral d’actuacions del Park Güell 2010-2020.

A partir del año próximo, técnicos municipales establecerán la capacidad máxima de cada recinto del parque. Los grupos de visitantes deberán hacer una reserva previa. Con el control de los accesos se quiere reducir a la mitad los 4 millones de turistas que absorbe el monumento de Gaudí cada año. Los escolares y los vecinos que deban pasar por el recinto tendrán libre acceso, según explica Mayol, y «no deberán hacer cola».

Con el plan se recuperará la cueva de la plaza de la Naturaleza y se construirá un nuevo edificio de servicios técnicos, un centro de visitantes de 4.500 m2 sobre un aparcamiento soterrado de autocares y un punto de información. La Federació d’Associacions de Veïns de Barcelona (FAVB) ha propuesto la implantación de un impuesto turístico que grave únicamente a este colectivo.