La aplicación de la Ley de Dependencia en la Comunitat sigue siendo un auténtico quebradero de cabeza para sus posibles beneficiarios. Tanto es así que, en lo que llevamos de año, se está produciendo una avalancha de quejas al Síndic de Greuges por problemas con la Ley de Dependencia, como retrasos, impagos y negativas.

Una de cada tres reclamaciones recibidas por la institución corresponden a esta materia (684 de un total de 2.423) presentadas de enero a septiembre de 2009.

Según los datos del Imserso, apenas 21.747 personas están recibiendo las prestaciones en la Comunitat, menos que en Galicia, las dos Castillas o el País Vasco, que tienen menos población. Además, el número de solicitudes y dictámenes siguen estando muy por debajo de la media nacional.

La portavoz de la Plataforma en Defensa de la Ley de Dependencia, Palmira Castellano, denuncia que no hay «ninguna mejoría» en la situación de las familias y confirma que se siguen enviando «muchas quejas».

Los otros grandes grupos de reclamaciones ante el Síndic de Greuges este año son vivienda y urbanismo (233), sanidad (173), medio ambiente (133) y educación (126).

Nueva consellera y diferente estilo

Los cambios efectuados por Francisco Camps en el Gobierno valenciano afectaron directamente a la Conselleria de Bienestar Social, que perdió el rango de vicepresidencia con el traslado de Juan Cotino a Medio Ambiente y la llegada de Angélica Such. La actitud de la nueva consellera ha sido, en un principio, de receptividad ante las asociaciones de familiares y beneficiarios de la Ley de Dependencia, pero éstos esperan que  se pase de las palabras a los hechos en la aplicación de la ley.