El último caso se produjo ayer sobre las 15.30 horas cuando un conductor arrolló a una mujer, de 55 años de edad, con un coche robado, para quitarle el bolso en la avenida Benito Pérez Galdós. La víctima fue trasladada hasta el Hospital General, donde permanece ingresada.

La Policía Local acudió de inmediato y se inició una espectacular persecución en coche.

Los agentes intentaron adelantar al sospechoso varias veces para cerrarle el paso, pero el conductor les echaba el vehículo encima.

Saltándose semáforos y con conducción temeraria, el vehículo se adentró en el barrio Benalúa, donde un coche patrulla de la Policía Local le cortó el paso y logró detener al ladrón, de origen magrebí. En la persecución, su coche chocó contra varios vehículos aparcados y causó numerosos daños materiales. Hasta tres grúas municipales intervinieron para remolcar los automóviles siniestrados.

Agentes escondidos

Según fuentes policiales, el refuerzo en las patrullas coincide con el final del verano y la vuelta de vacaciones. Los agentes se sitúan en zonas estratégicas y escondidas para sorprender a los ladrones y frenar su huida.

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Los vecinos ven los mismos policías

Apenas hay en las calles más policías. «Están los de siempre, quizá hay más por la estación de autobuses», aseguraron ayer Antonio de Juanes y Emilio Chacón, presidentes vecinales de Centro Diputación Renfe y Ensanche, respectivamente.